Manos Unidas ha centrado las campañas de sensibilización de los últimos 7 años en informar y concienciar sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que deberían cumplirse en 2015. Este año terminamos este ciclo centrándonos en el ODM 8: Fomentar una Alianza Mundial para el Desarrollo, con la campaña “Un mundo nuevo, proyecto de todos”. En el año 2014 Manos Unidas se une a la lucha por el 8º Objetivo del Milenio, “Fomentar una Alianza Mundial para el Desarrollo”. Como sabéis los Objetivos del Milenio son los ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, que todos los países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir para el año 2015. Estos objetivos ahora mismo constituyen la principal agenda y tanto las diferentes agencias de Naciones Unidas como las Organizaciones internacionales de crédito, las ONG y las agencias oficiales de cooperación focalizan su trabajo en el logro de los mismos. Con el ODM 8 se pretende desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio. Se pretende atender las necesidades especiales de los países menos adelantados, los países sin litoral y los pequeños estados insulares en desarrollo; así como encarar de manera integral la deuda de los países en desarrollo. Se intentará, en cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a precios asequibles; así como, en cooperación con el sector privado, dar acceso a los beneficios de las nuevas tecnologías. Muchas de las metas de los ODM no se cumplirán en 2015. Por ello, la ONU ya está trabajando en el proyecto Post 2015 y seguirá empeñada en alcanzar las metas de esta agenda para el desarrollo, cuyo principal objetivo - reducir a la mitad el número de personas que sufren hambre y pobreza extrema - está muy lejos de lograrse. ¿Y qué está ocurriendo con el ODM 8? Muchos analistas consideran que esta alianza de los países ricos con los países pobres para fomentar el desarrollo tropieza de entrada con graves contradicciones en las reglas del juego de las relaciones Norte-Sur, marcadas hasta el día de hoy por la ideología neoliberal y los intereses de los poderosos.