"La geopolítica que está detrás del capitalismo verde, la que hemos llamado geopolítica de captura de los ciclos vitales, forma parte de esta herencia de las estrategias de dominación. Que sus herramientas sean más sofisticadas no la sacan de este cuadro, ya de museo, de los arsenales de estrategias bélicas. Lo sorprendente de esta geopóltica son sus objetivos..."
Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Capitalismo camaleón. Geopolítica de captura de los ciclos vitales
1. Capitalismo camaleón. Geopolítica de captura de los ciclos
vitales
Fuente Biodiversidad en América Latina y el Caribe, 12 agosto 2014
Rebelión
"La geopolítica que está detrás del capitalismo verde, la que hemos
llamado geopolítica de captura de los ciclos vitales, forma parte de
esta herencia de las estrategias de dominación. Que sus herramientas
sean más sofisticadas no la sacan de este cuadro, ya de museo, de
los arsenales de estrategias bélicas. Lo sorprendente de esta
geopóltica son sus objetivos..."
Por Raúl Prada Alcoreza
11-08-2014
El capitalismo multicolor, camaleón es un ensayo que comenta el
análisis crítico de Camila Moreno Las ropas verdes del rey. La
economía verde: una nueva fuente de acumulación primitiva. El
análisis crítico pasó por la revisión de Miriam Lang, Claudia López y
Alejandra Santillana, quienes aportaron y comentaron el ensayo. En
la versión publicada se tiene una redacción más prolija, hay ciertas
modificaciones de orden de la exposición, además de incorporar
algunas reflexiones y análisis sugerentes. Sin embargo, el ensayo, en
su segunda versión, enriquecido, no ha cambiado sustancialmente.
Las principales consideraciones, los enunciados ejes, las tesis críticas,
tal como se expusieron en la primera versión, se mantienen. Ahora
pasaremos a completar nuestro anterior comentario, tomando en
2. cuenta los aportes de la segunda versión, que además ha sido
publicado en el libro Alternativas al capitalismo del siglo XXI[1].
La historia del capitalismo verde, si se puede hablar de historia,
cuando se trata, más bien de una historia reciente, nos remite, en su
nacimiento, a la constatación por parte de los gobiernos centrales de
los efectos nocivos y peligrosos de la acumulación de gases de efecto
invernadero, los cuales contribuyeron a ocasionar el llamado cambio
climático. Es el gobierno de Tony Blair quien invita a los países
emergentes a la reunión del G 8, que se llevó a cabo en Escocia, en
2005. Se tuvo la expectativa de que la reunión contribuiría a formar
un grupo más representativo, inyectando ímpetu renovado a la ronda
de Doha sobre las negociaciones de comercio (OMC), y logre una
mayor cooperación sobre el tema de cambio climático[2]. Como
resultado del encuentro, los países del grupo G8+5 emitieron un
comunicado conjunto, en el camino de construir “un nuevo paradigma
para la cooperación internacional en el futuro”. En consecuencia, el
G8+5, Climate Change Dialogue (Dialogo sobre el cambio climático),
propuso la organización de una reunión en el año siguiente, en
febrero de 2007, en Washington, Estados Unidos de Norteamérica.
Allí, los países se comprometieron en un acuerdo no vinculante para
cooperar con el cambio climático[3]. En este encuentro se elaboró el
proyecto para una Green Economy Initiative (Iniciativa para la
economía verde) de las Naciones Unidas, contando con el
financiamiento de la Unión Europea, Alemania y Noruega. En este
contexto de la iniciativa, emerge la propuesta para un Global Green
New Deal (Nuevo acuerdo verde global), cuyo trabajo estuvo
encabezado por el PNUMA y lanzado en medio de la crisis financiera
de 2008[4].
Como se puede observar la economía verde es una propuesta de los
países del norte, en colaboración de las potencias emergentes. No es
una demanda del sud. Esta ubicación del nacimiento de la propuesta
indica el lugar de donde se genera una geopolítica, que vamos a
llamar de definición de los nuevos dominios del imperio, dominios que
no se encuentran bajo el control de los dispositivos de poder del
capital. Esto es, lo que llama el discurso del capitalismo verde los
servicios ambientales. El capitalismo controla los recursos naturales,
las reservas minerales e hidrocarburíferas, además de otros recursos,
que se han convertido en estratégicos, como los recursos vinculados
a otras fuentes de energía. Sin embargo, los dispositivos geopolíticos
del capitalismo vigente saben que no controlan los cursos, los ciclos;
por ejemplo, los cursos y ciclos del agua y del aire. Hay como una
consciencia geopolítica de que el agua se ha convertido ya en un
recurso estratégico, que debe caer bajo el control de los dispositivos
económicos, políticos y normativos del capital. Se hace evidente
3. entonces que las potencias del norte, en colaboración con las
potencias emergentes, se proponen la captura de los cursos y ciclos
vitales, incluyendo los ciclos de los suelos, sobre todo aptos para la
agricultura. En este sentido, hay como una consciencia de que los
alimentos, aunque no sean recursos naturales, tal como los entiende
la economía, pues son sembrados y cultivados, se han convertido en
bienes estratégicos. Nuestra hipótesis política es la siguiente: El
imperio, el orden de poder mundial, se propone una nueva era de
ocupación, captura y dominio sobre los cuerpos y sus ciclos vitales.
Se trata de una nueva forma de conquista y colonización.
Se presenta este proyecto de poder bajo un barniz edulcorante,
usando un discurso propositivo en términos de la financiarización de
los servicios ambientales, discurso reconocido como del capitalismo
verde. En realidad, hay como dos planos de esta geopolítica. Se
puede observar que el discurso de la economía verde funciona como
una máscara, oculta el proyecto geopolítico de neo-colonización, en
las formas sofisticadas de los mecanismos financieros, acompañadas
por el uso instrumental de las tecnologías de punta. Sin embargo, el
discurso del capitalismo verde no es solamente máscara, es también
un instrumento apropiado para iniciar el avance, la apropiación, de
los bienes comunes, despojando a las sociedades, a las comunidades,
a los pueblos, de sus recursos vitales. Estamos entonces a las puertas
de una nueva conquista y colonización, de un nuevo despojamiento y
desposesión, a escala planetaria, con características de ocupación
sofisticada, combinado capturas virtuales y financieras, con
posesiones y apropiaciones materiales.
Si este proyecto logra avanzar en sus primeras etapas, si logra
agrupar y cohesionar al grupo de países comprometidos, en este
núcleo de poder, en este núcleo estratégico, la inmensa mayoría de
los pueblos se verán sometidos, indefensos, ante la violencia
descomunal que se proyecta desatar.
Por lo tanto, la discusión no solamente radica en las trampas que
encierra la economía verde, sino también en el proyecto geopolítico
oculto, que es el eje principal de semejante operación a escala
mundial. Las guerras policiales desatadas, como parte de la guerra
infinita contra el terrorismo, a nombre de los derechos humanos,
exaltando confrontaciones culturales, quizás sean como las primeras
maniobras en el sentido de una ocupación global del planeta, por
parte de las potencias que conforman el imperio.
Las resistencias y las luchas de los pueblos del mundo contra
semejante proyecto geopolítico neo-colonial, si van a proyectarse,
tienen que constituirse como bloque-histórico-político-cultural-plural,
4. como una coordinación mundial de las resistencias y las defensas de
la vida, cuanto antes. No se puede perder tiempo en diferencias
secundarias, que pueden resolverse o no en consensos y en las
discusiones; lo importante, lo imprescindible, es lograr la cohesión de
los pueblos, que se encuentran efectivamente amenazados por el
descomunal poder acumulado, la descomunal disponibilidad de
fuerza, de los dispositivos de dominación controlados por la híper-
burguesía que domina el mundo.
En este segundo comentario al ensayo de Camila Moreno,
proponemos un desplazamiento del análisis, sin dejar, de ninguna
manera, lo que se recogió en el primer comentario al ensayo, aquella
deconstrucción del discurso del capitalismo verde, dicho con los
propios términos de la autora. El desplazamiento analítico consiste en
orientar la crítica al develamiento de esta geopolítica de captura y
ocupación imperial de los ciclos vitales, a la geopolítica de conquista y
neo-colonización, en los términos que permiten las tecnologías
contemporáneas.
Ahora bien, como dijimos en otro texto[5], la geopolítica es un plan
de dominación del espacio; no es una materialidad efectiva, no es
que la dominación espacial acontezca, como por arte de magia, como
realización de la geopolítica. La geopolítica enfrenta resistencia,
luchas sociales, obstáculos materiales de los espesores territoriales,
además de las dinámicas moleculares sociales alterativas. La
geopolítica como plan de dominación espacial se enfrenta al espacio-
tiempo efectivo, que sí está plasmado, se enfrenta a las geografías
humanas, sociales, culturales.
Es más, las geopolíticas están vencidas de antemano por las
geografías efectivas. No pueden con el acontecimiento geográfico-
territorial-social. Tienen que buscar someter el espacio empleando la
descarga inaudita de la violencia estatal, aplicada en dimensiones
gigantescas. Lo que implica no solo un gran esfuerzo estatal, sino
también exige su sostenimiento en el tiempo. Es posible, como ha
ocurrido en la historia política de los estados, que se logre ocupar
estratégicamente determinados lugares considerados nucleares, de
acuerdo a la perspectiva geológica. Empero, esta ocupación no
corrobora la dominación completa del espacio, tenido como materia y
objeto de poder. La geopolítica es una de las herramientas más
elaboradas de la planificación de la dominación; sin embargo, lo que
expresa, de manera exagerada es la pretensión de la racionalidad
instrumental, usada para efectos geopolíticos, de realizarse
absolutamente. Esto no es más que una pretensión. Para ilustrar,
diremos que se trata de una geopolítica que se oriente en el plano,
mientras la geografía efectiva, social y cultural, se manifiesta y
5. desenvuelve en espesores dinámicos. La geopolítica está lejos de
comprender la complejidad.
El hecho de que todavía haya gente que sigue jugando a la
geopolítica muestra la persistencia de un perfil psicológico, perfil
paranoico del gran patriarca, del gran déspota, que se multiplica,
distributivamente, en los equipos de burócratas y militares, que se
consideran estrategas y estadistas. Esta gente, que sigue jugando a
las guerras, es un resabio de otras épocas. Sin embargo, no dejan de
ser peligrosos, pues empujan a desenlaces fatales. Que todavía
aparezcan dirigiendo, gobernando, aconsejando, administrando,
manejando fondos, sobre todo de los estados considerados potencias,
las emergidas y las emergentes, ocurre porque los pueblos del mundo
dejan que lo hagan. Cuando los pueblos del mundo se liberen del
fetichismo del poder, del fetichismo institucional, del fetichismo de la
mercancía, tendrán que terminar con estos juegos de guerra, con
estos juegos de dominación.
La geopolítica que está detrás del capitalismo verde, la que hemos
llamado geopolítica de captura de los ciclos vitales, forma parte de
esta herencia de las estrategias de dominación. Que sus herramientas
sean más sofisticadas no la sacan de este cuadro, ya de museo, de
los arsenales de estrategias bélicas. Lo sorprendente de esta
geopóltica son sus objetivos, que podemos resumirlos en dos: 1)
Lograr, mediante la financiarización de los servicios ambientales, el
“desarrollo” y el crecimiento económico, además de mantener o
incrementar las tasas de ganancia; y 2) controlar y administrar los
ciclos de la vida de una manera racional-instrumental.
Este optimismo positivista es patético. La naturaleza se convierte en
la empresa inicial, además del capital natural; por lo tanto, se puede
actuar administrativamente en esta empresa originaria y distribuir
racionalmente la gestión de las inversiones, aprovechando el capital
natural. La representación del mundo que tiene esta geopolítica es la
de un mundo estructurado por la competencia y la concurrencia de
capitales. Es el mundo cuantitativo de la aritmética de la acumulación
de capital. Quizás en la historia de los saberes, sobre todo en la
historia de los instrumentos de estos saberes, no haya habido tanta
fe, tanto apego a la seguridad que brindan las herramientas de
medición y el imaginario de poder que les acompaña. Estos
sacerdotes positivistas tienen la gran desventaja de no contar con la
incertidumbre que acompañaba a los monjes y sacerdotes antiguos,
portadores de la verdad religiosa. Su mundo representado, es decir,
el mundo reducido a la representación de la medida, es una figura
geométrica vacía; solo sus bordes, sus planos, sus aristas, dan
6. cuenta, como en una medusa, que algo existe. En todo caso esta
figura está lejos de las geometrías no-euclidianas.
¿Controlar los ciclos vitales? Ciertamente manipulan genéticamente,
han inventado semillas mulas, que no se reproducen de manera
espontánea, aseguran que cuentan con semillas resistentes a plagas,
a climas adversos. Todo esto no solo puede ser, sino que es,
efectivamente, ocurre. Sin embargo, esto no es controlar los ciclos
vitales. Pueden intervenir en estos ciclos, pueden terminar, incluso,
de formar parte de los mismos; empero, no pueden jamás
controlarlos. En primer lugar, las sociedades humanas, los
dispositivos de poder, en contraste, con los dispositivos creativos de
la potencia social, forman parte de los ciclos vitales. Estas ciencias
operativas, esta racionalidad instrumental, estas tecnologías de
punta, forman parte de los ciclos vitales. Los ciclos vitales se
encuentran más acá y más allá de la mirada humana. Pueden
comprender, mejorar la comprensión, elaborar teorías, cada vez más
complejas, puede participar de mejor manera en los ciclos o, si se
quiere, si no aprenden y apuestan a la destrucción, pueden participar
afectando los ciclos vitales. Pero, no pueden controlar las complejas,
múltiples, dinámicas, en distintos niveles, de los ciclos vitales, que se
despliegan en los tejidos del espacio-tiempo. Esta pretensión es un
delirio paranoico, la obsesión de convertirse en Dios, otra criatura
humana.
Entonces, ¿qué hacen estos geopolíticos, estos financistas? ¿Cuál es
el alcance de sus operaciones? La sobreproducción, la
sobreacumulación, que repercute en la excesiva disponibilidad
dineraria, que no saben cómo utilizarla, ni dónde invertirla
rentablemente, los lleva a inventarse modos y maneras de circulación
de capitales. La economía vede ya funciona como parte de los
aparatos económicos capitalistas, como parte del conjunto de
mecanismos que hacen al modo de producción capitalista y al
sistema-mundo capitalista. Han logrado destinar parte del exceso de
grasa hacia una circulación especulativa; especulación financiera que
se representa en acciones como la compra de retención de carbono,
acciones como capturar carbono, disminuir los gases de efecto
invernadero; que se representa en la propósito de la captura
financiera de bosques, de territorios, de cuencas; que se representa
en el afán de la captura de actividades orgánicas como la
polinización. Lo que han logrado estas operaciones financieras y
geopolíticas es hacer circular el capital, que dice que responde a una
buena asignación; sin embargo, las incongruencias, las
contradicciones, del sistema-mundo capitalista se mantienen. Las
causas de la contaminación, depredación, destrucción de
ecosistemas, persisten. Lo de la buena asignación solo está en la
7. cabeza de estos estrategas de las finanzas, de estos estrategas de las
geopolíticas de la dominación.
Notas
[1] Alternativas al capitalismo del siglo XXI. Fundación Rosa
Luxemburgo. Quito 2013 (pdf)
http://www.rosalux.org.ec/attachments/article/727/Alternativas%20a
l%20capitalismoimprenta.pdf
[2] Ibídem: Pág. 71.
[3] Ibídem: Pág. 71.
[4] Ibídem: Pág. 71.
[5] Ver de Raúl Prada Alcoreza Acontecimentos Brasil. Rebelión;
Madrid 2014. Dinámicas moleculares; La Paz 2014.
Fuente: Rebelión