Este capítulo discute la importancia de las relaciones humanas y la necesidad de tratar a los demás, incluso a aquellos que son mentirosos, ladrones o asesinos, con humanidad. Argumenta que a pesar de sus defectos, los seres humanos son imprescindibles para vivir de manera humana y que ningún animal puede brindar lo que otro ser humano puede ofrecer.