La empleada fue suspendida por tres meses por haber faltado un sábado sin previo aviso. No se le entregó ningún documento que justificara la suspensión. Presentó certificados médicos y otros documentos, pero el supervisor no la atendió de inmediato. Finalmente, se hicieron los arreglos para que volviera a trabajar porque la sanción era excesiva, los empleados tienen derecho a faltar por más de dos días sin reportarse, y no se puede suspender a alguien por ejercer un derecho que le corresponde.