El Papa Juan Pablo II convocó una reunión de obispos en 1985 para celebrar 20 años del Concilio Vaticano II, donde acordaron la necesidad de un catecismo unificado. En 1986, el Papa encargó a cardenales y obispos elaborar un catecismo, el cual fue terminado en 1992 después de 6 años de trabajo. En 1992 se tradujo a varios idiomas y en 2005 obispos de todo el mundo crearon un compendio, mientras que en 2008 la Iglesia de México hizo una síntesis en forma de preguntas y respuestas.