🦄💫4° SEM32 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
Código de bandidos
1. Código de bandidos
Todo sea por complacerte, me dijo Raquel. Era mi novia, tratando de alzar vuelo, Yo le había
requerido un favor, dada su ascendencia con su tío Hermógenes. Este trabajaba con ganaderos. A
su vez, era dueño de un almacén de alimentos para animales. Le dije, simplemente necesito que le
digas a don Romualdo que haré pronto un viaje hacia Argentina. Trabajando en el Consulado de
nuestro país en Buenos Aires me puede ayudar con una licencia fitosanitaria, para una carga de
pollos que yo voy a comercializar, ahí no más, en Córdoba. De las utilidades, le puedo ofrecer el
20%. Además, mis socios le compraron una cuatrimotor, para que se movilice aquí en Medellín. La
vueltecita la podemos realizar entre viernes y sábado. Lo que pasa es que de las tres mil aves que
tengo, la gripa aviar ha afectado al 30%, Tenemos que realizar una corredera, de tal manera que
logremos exportar el 40%. Claro está que el lote que tengo también está afectado. Pero con la
licencia que pueda tramitar don Hermógenes las podemos entrar al país sin que se den cuenta.
Raquel había estado en la ciudad varios días. Visitó a su mamá Leopoldina. Y se dejó ver en el Museo
de Arte Germán Forastieri. Allí trabajaba Ericina San Juan, quien es su amiga desde que estudiaban
en el Colegio Fortunato Armendáriz. Estuvieron hablando de todo lo habido desde que Raquel se
trasladó a Villa María, por cuenta de su trabajo como Bacterióloga. Ericina se hizo célebre en Puente
Largo, en razón a su capacidad para advertir sobre los terremotos, habida cuenta de su singular
percepción de las vibraciones subterráneas, con varias horas de anticipación. La Universidad Alejo
Pimienta, le había concedido el Doctorado Honoris Causa en Geología Comparada. No le iba lo mismo
de bien en su relación afectiva con Maricela Hernández. Tal parece que se sentía engañada. Ante
todo por los rumores en el sentido de haberla visto en varias ocasiones al lado de Virgelina Gutiérrez,
la muchacha que trabaja como secretaria en la alcaldía. Le dolía esto, fundamentalmente, porque
con ella había transitado el difícil camino de reivindicar sus derechos. Toda la ciudad las trató como
“vergonzosas lesbianas, anti natura”. Y, en este tipo de interpretaciones y vejaciones, intervenía el
señor Aureliano Trinitario, quien ejercía como Tutor de las Buenas Costumbres, cargo heredado de
su papá y ratificado por el Nuncio Apostólico.
Raquel se demoró mucho tiempo para responder a mi solicitud. Entre tanto, yo tuve que enfrentar
muchas dificultades económicas y vivenciales. De tiempo atrás tenía una rivalidad con Rosendo
Buriticá. Algo así como entender que este es un individuo pendenciero y que actúa en el negocio
aviar, insertándole dinero mal habido al negocio. Me había colocado en una situación sin otra salida
que buscar mercados por fuera del país. Rosendo ya tenía la película completa y la sabía interpretar.
Asfixiarme; de tal manera que le vendiera a bajo precio, la franquicia de mi empresa y la de mis
socios.
Inclusive, el siete de agosto de este año, recibí un mensaje cifrado. Un anónimo que expresaba,
algo así como “Los días tuyos están contados. Ojo con eso. Te lo advierto”. Desde ese momento,
decidimos buscar amparo en el gobierno nacional. Pero no obtuvimos ningún respaldo y protección.
En vista de eso, tratamos de conseguirlo a través de Julián Guillermo, uno de los líderes de una banda
que se hacía llamar “Los Chigüiros”. Sin embargo el costo era altísimo. No teníamos tanto dinero. A
no ser que renunciáramos a seguir en el negocio, por cuenta de la insuficiencia de fondos.
Yo vivía en el barrio Santacruz. Un sitio relativamente sano. Comoquiera que “Los Priscos”, habían
hecho una muy buena labor de limpieza. Y pagábamos, los propietarios, una cuota más o menos
llevadera. El día martes trece, en la mañana, salí de la casa muy temprano. Raquel me había citado
al centro de la ciudad. En el “Golf-Club”. Allí habíamos departido muchas veces. Tanto que fue en
ese sitio que le declaré que la amaba. Por un tiempo ella aceptó. Pero después pasó lo que pasó
entre los dos. La encontré al lado de Rudesindo Paniagua, sujeto de desconfianza. Ya lo conocía. Por
lo mismo no me hacía ilusiones.
2. Acordamos un procedimiento, soportado en la relativa incondicionalidad de Raquel. Todavía sentía
algo por mí.
Al salir del Club, observé dos hombres jóvenes al pie de mi carro. A pesar de sentir temor, me les
acerqué. Me notificaron que venían en nombre de “El Patrón”. Tenía que acompañarlos hasta el
barrio Palermo. Allí estaba el sujeto. Tan pronto entré a la casa, recibí un golpe en la cabeza. Me
desplomé. Luego sentí que me amarraban a una silla. Estando ahí, maniatado sentí inenarrables
vejaciones. Hasta que no pude más. Simplemente, la vida, se me fue.