La obra La Celestina fue escrita por Fernando de Rojas en 1499 y revisada en 1502. Cuenta la historia de Calisto, un joven noble que se enamora de Melibea tras un encuentro casual. Al ser rechazado por ella, Calisto recurre a los servicios de la bruja Celestina para que los una. Sin embargo, la relación termina trágicamente con la muerte de todos los personajes principales. La obra combina elementos de la novela y el teatro y es considerada una de las obras más importantes de la literatura española del siglo XV.
PIEL DE SERPIENTE
Disgregarse en millones de partículas violetas
En un universo maravillosamente complejo e ilimitado
Escapar de una pequeña y estrecha lámpara
Cubierta por piedras, barro y espeso fango
Arrancar de un solo golpe la vieja piel de serpiente
Renovar los sentidos bajo un baño descomunal de estrellas
Desarraigar la vetusta y ciega conciencia, regresar a la tierra
Abandonar de una vez por todas las necedades de las gentes
Pertenecer nuevamente al indómito caos
Bajo un calcinante sol recuperar mi centro
Nadar contracorriente en la esencia misma de la fantasía
Con la firme convicción de que tan solo cambiaré de vestido
Desterrar por siempre los miles de rostros que he tenido
Alejarme de mareas turbulentas y trascender en la historia
Recuperar el derecho de una existencia intensamente plena
Derrumbando hipócritas fronteras y murallas divisorias
En la casa de los grandes misterios ser eterna diosa
Descubrir el secreto que detenga al gran reloj astronómico
Encontrar la dirección precisa para nuevos comienzos
Retornar de extraños laberintos conciente de todos mis yoes
Entre círculos perfectos descubrir y aceptar mi imperfecta humanidad
Comprender a plenitud frente a los distorsionados espejos
Que soy y seré eterna metamorfosis de carnes, nunca de esencia
Aceptar con dignidad que nací marcada por la bilis y el fuego
Asumir con entereza que mi existencia fue una caja de Pandora
Envuelta en escarlatas mantas revueltas y perfumados pétalos
Fanny Jem Wong
18.03.07
“Sobre piel de serpiente escribiré lo que fue mi historia”
(Jemwong)
PIEL DE SERPIENTE
Disgregarse en millones de partículas violetas
En un universo maravillosamente complejo e ilimitado
Escapar de una pequeña y estrecha lámpara
Cubierta por piedras, barro y espeso fango
Arrancar de un solo golpe la vieja piel de serpiente
Renovar los sentidos bajo un baño descomunal de estrellas
Desarraigar la vetusta y ciega conciencia, regresar a la tierra
Abandonar de una vez por todas las necedades de las gentes
Pertenecer nuevamente al indómito caos
Bajo un calcinante sol recuperar mi centro
Nadar contracorriente en la esencia misma de la fantasía
Con la firme convicción de que tan solo cambiaré de vestido
Desterrar por siempre los miles de rostros que he tenido
Alejarme de mareas turbulentas y trascender en la historia
Recuperar el derecho de una existencia intensamente plena
Derrumbando hipócritas fronteras y murallas divisorias
En la casa de los grandes misterios ser eterna diosa
Descubrir el secreto que detenga al gran reloj astronómico
Encontrar la dirección precisa para nuevos comienzos
Retornar de extraños laberintos conciente de todos mis yoes
Entre círculos perfectos descubrir y aceptar mi imperfecta humanidad
Comprender a plenitud frente a los distorsionados espejos
Que soy y seré eterna metamorfosis de carnes, nunca de esencia
Aceptar con dignidad que nací marcada por la bilis y el fuego
Asumir con entereza que mi existencia fue una caja de Pandora
Envuelta en escarlatas mantas revueltas y perfumados pétalos
Fanny Jem Wong
18.03.07
“Sobre piel de serpiente escribiré lo que fue mi historia”
(Jemwong)
2. ORÍGEN DE LA
OBRA
• La primera edición aparece al 1499,
comedia de Calisto y Melibea (Burgos).
Este, esta compuesto por 16 actos.
• La segunda edición aparece al 1502,
tragicomedia de Calisto y Melibea, que
aparece con 5 actos más que la primera
edición, es decir, 21.
3. TIPO DE GÈNERO
LITERARIO
• Se considera como una novela
dialogada, ya que hay múltiples lugares
donde ocurre la acción y no puede ser una
obra.
• Hoy en día se considera como una obra
esencialmente dramática pero el diálogo
es básico para la novela.
4. FERNANDO DE
ROJAS
• Nació en Toledo al
1475.
• Formaba parte de
una família de judíos
conversos.
• Fue el escritor de la
Celestina, y fue su
última y única obra.
5. ARGUMENTO
Calisto es un joven y rico que se enamora de
Melibea tras un encuentro casual. Melibea le
rechaza y Calisto como no se conforma y es
aconsejado por sus criados, recurre a los servicios
de una bruja hechicera, Celestina, que hace la
función de alcahueta. Celestina consigue esta
unión amorosa entre Calisto y Melibea. Aparecen
en esta escena los dos criados de
Calisto, Pármeno y Sempronio, pidiendo a
Celestina que les de una parte de los regalos que
obtiene de Calisto, ya que ellos fueron los que le
aconsejaron.
6. Celestina, rechaza esta propuesta
y no da ningún regalo a Pármeno y
Sempronio. Esto provoca una furia
entre ellos dos contra Celestina, y
la matan. Pármeno y Sempronio
son decapitados.
Los otros dos continúan en su
mundo feliz, continúan sus
encuentros amorosos. En una de
las citas amorosas de casa de
Melibea, Calisto oye ruidos y tiene
miedo de ser descubierto, muere
al caer por la azotea. Melibea
observa tal desgracia y se tira de la
torre suicidándose. La obra acaba
con un monologo final del padre
de Melibea, Pleberio.
7. FRAGMENTO Calisto encuentra a Melibea
Conviene observar el lenguaje artificioso, retórico, y, a la vez, vivo con que se
expresan los personajes. Utilizan rimas, finales semejantes en las frases
(similicadencia), oraciones de estructura semejante (paralelismo), contrastes...
Melibea parece aceptar a Calisto, pero acaba despidiéndolo con violencia.
CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.
MELIBEA.- ¿En qué, Calisto?
CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase, y
hacer a mi inmérito tanta merced que verte alcanzase, y, en tan conveniente
lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Por cierto, los gloriosos santos
que se deleitan en la visión divina, no gozan más que yo ahora
contemplándote.
MELIBEA.- ¿Por gran premio tienes éste, Calisto?
CALISTO.- Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me diese en el cielo la
silla sobre sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.
MELIBEA.- Pues aún más igual galardón te daré yo, si perseveras.
CALISTO.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran
palabra habéis oído!
MELIBEA.- Mas desventuradas de que me acabes de oír. Porque la paga será
tan fiera cual merece tu loco atrevimiento. Y el intento de tus palabras ha sido
como de ingenio de tal hombre como tú. ¡Vete, vete de ahí, torpe!