Los investigadores coinciden en que los alfareros de Manises comenzaron a producir loza dorada a principios del siglo XIV. Esto dio lugar a excelentes ejemplos de cerámica decorada en azul y dorada que se encontraron en excavaciones arqueológicas. En el siglo XVIII, abandonaron los recursos tradicionales en favor de colores más vivos. Originalmente, el comercio de la loza de Manises creó compañías exportadoras italianas, chipriotas y turcas, e incluso fue incorporado en el Vaticano.