Este documento presenta 9 bases fundamentales para un efectivo ministerio juvenil. Estas incluyen tener una visión clara y metas para los jóvenes, enseñar la Palabra de Dios de manera relevante, modelar una vida cristiana práctica, amar a los jóvenes, trabajar dentro y fuera de la iglesia para integrarlos, fomentar la creatividad, hacer discipulado, y depender del poder de Dios.