El documento propone un ciclo de discipulado de nuevos conversos con tres fases: 1) conversión, que incluye estudiar la Biblia, asistir a la iglesia y ser bautizado; 2) confirmación, que implica estudios bíblicos avanzados y participar en grupos pequeños; y 3) capacitación, enfocada en la escuela misionera, la oración y el ministerio, con el objetivo de entrenar a los nuevos creyentes para la misión.