La herejía niega la deidad y humanidad completa de Cristo, lo que lleva a una salvación y antropología incompletas. Se requerían obras como la circuncisión y alimentos para alcanzar la madurez espiritual y la salvación. Pablo refuta esto enfatizando que Cristo es completamente Dios y hombre, por lo que a través de él se obtiene una salvación y nueva vida completas.