El documento habla sobre el síndrome de abundancia que hace que las personas compren en grandes cantidades, lo que resulta en desperdicio de alimentos. Señala que debemos estar más conscientes del hambre en el mundo y enseñar a los niños a no desperdiciar comida desde pequeños. También sugiere informarnos más sobre las fechas de caducidad y consumo preferente, y aprender a controlar las cantidades que compramos y cocinamos, especialmente para personas que viven solas.