El documento argumenta que la creatividad es importante en la educación. Actualmente, los docentes y padres suelen estigmatizar los errores y coartar la forma de pensar de los niños, lo que elimina su creatividad. Sin embargo, los niños son naturalmente curiosos y dispuestos a arriesgarse. Para formar personas capaces, la educación no debe temer al error y debe permitir que los niños expresen su imaginación y diversidad.