El documento discute los posibles efectos del uso excesivo de la tecnología en los niños y adolescentes. Algunos estudios indican que puede afectar negativamente a la concentración, personalidad e incrementar los niveles de estrés. Los expertos recomiendan limitar el tiempo frente a pantallas a una o dos horas diarias y fomentar otras actividades offline. También es importante supervisar los contenidos y establecer horarios de desconexión para equilibrar el uso de la tecnología.