El alcoholismo genera una fuerte dependencia física que causa síntomas de abstinencia cuando no se ingiere. El consumo excesivo de alcohol causa serios problemas de salud como deshidratación, cambios de temperatura, afectación de la memoria y daño al hígado. Existen dos tipos principales de alcoholismo: el tipo I se da en adultos con períodos de gran consumo separados por abstinencia, mientras que el tipo II comienza en la adolescencia y se asocia con antecedentes violentos.