Más contenido relacionado Similar a Consentimiento y poder.pdf (20) Más de Maritza Zabala-Rodríguez (11) Consentimiento y poder.pdf1. Consentimiento y poder
En cuanto a relaciones hay una máxima sencilla: todas las relaciones sexuales sin
consentimiento violan los derechos y la dignidad de las personas.
Lo sucedido recién con el presidente de la Federación Española y el beso no consensuado, que
le dio a la jugadora de fútbol femenino Jenni Hermoso en la ceremonia de premiación del
Mundial de Australia y Nueva Zelanda pone una vez más, como tema de agenda el debate sobre
consentimiento y poder.
Este escándalo, además, tiene un punto polémico para destacar: sucede en el mundo deportivo
del fútbol femenino, lleno de modelos, figuras y lideres de millones de jóvenes, con una
popularidad en crecimiento y sin patrones de igualdad frente al juego masculino, por lo que las
decisiones que se tomen deben apuntar a fomentar el respeto, la igualdad y el consentimiento
como transversales en la vida de las personas, independientemente de su edad, actividad,
género, estatus o circunstancias.
El consentimiento es la base de toda interacción sexual o íntima respetuosa entre adultos; es
decir que las partes involucradas deben estar conscientes, aprobar de forma libre, informada,
voluntaria y estar de acuerdo con participar en cualquier actividad sexual. Además, de ser una
manifestación de empatía y educación ratifica dignidad e igualdad.
Las relaciones sin consentimiento son agresiones sexuales o violaciones cuyos impactos son
devastadores, al causar daño emocional, psicológico o físico. Para escribir sobre este tema hablé
con algunas personas víctimas de estas relaciones, que manifestaron haber vivido traumas,
ansiedad, depresión y situaciones lesivas y negativas para su bienestar.
Y entonces la pieza clave es el consentimiento que, así como se da se puede acabar, pausar y no
ir más en cualquier momento. No podemos buscar que alguien consienta a punta de presiones,
o en estados de embriaguez, influencia de drogas, coacción física, amenaza, miedo, confusión,
limitación mental o emocional.
Ninguna persona debe estar obligada a soportar contactos físicos no deseados. El manoseo o
los toques no consensuados especialmente de hombres hacia mujeres no deben caber en un
mundo que le apunta al respeto, igualdad y dignidad, porque, además, impactan en el momento
y después, la integridad del espacio personal y físico. Igual pueden generar malestar emocional,
violar la confianza y, en casos extremos, contribuir a la normalización de la cultura del acoso y
la violencia basada en género.
No es fácil, pero necesitamos tener como sociedad en conjunto, conversaciones honestas,
abiertas y permanentes en distintos escenarios sobre la urgencia de romper estos modelos
indignos y dañinos que no son simples “errores” si en verdad queremos ver cambios de gran
calado y no sólo ajustes superficiales para apaciguar este nuevo escándalo.
© Maritza Zabala Rodriguez
@mazarito1