Para conservar la información de manera permanente, es necesario comprenderla en lugar de simplemente memorizarla. La comprensión requiere relacionar la nueva información con conocimientos previos, reordenar constantemente los datos y saber cómo se relacionan entre sí. También es importante preguntarse sobre el significado y las implicaciones de las nuevas ideas, así como dónde y cómo aplicar los nuevos conocimientos. Procesos como describir, definir, clasificar, comparar, inducir, deducir, analizar, sintetizar y relacionar ayudan a