La Ría Formosa y los acuíferos en la región de Algarve en Portugal están gravemente contaminados. La contaminación proviene de la descarga de aguas residuales sin tratar, la sobreexplotación de los acuíferos y la intrusión de agua de mar debido a la escasez de agua dulce, lo que amenaza el medio ambiente y la vida. Las autoridades están trabajando para recuperar los sistemas de distribución de agua y reducir la contaminación.