Las sociedades urbanizadas producen grandes cantidades de ruido debido a las actividades humanas, el transporte y la industria, lo que constituye una forma de contaminación física que daña la salud y la calidad de vida. El sonido empieza a ser nocivo para las personas a partir de los 70 decibeles. La ciudad de Buenos Aires es la más ruidosa de América Latina y el 76% de la población urbana sufre un impacto acústico superior al recomendado.