La crisis de 1929 se originó tras un período de prosperidad parcial entre 1924-1929 impulsado por préstamos estadounidenses. La quiebra de la bolsa de Nueva York en 1929 desencadenó una depresión global con 40 millones de desempleados en EE.UU. y el colapso de miles de bancos y empresas. Los gobiernos implementaron planes de estímulo económico como el New Deal estadounidense y la planificación estatal en Europa para aumentar el empleo y el consumo.