6° SEM30 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
Crónica-Grande Arví.
1. Hace una semana que visité el Parque Arví. Era una mañana fría, madrugué y me
levanté de mi cama para empezarme a arreglar, tuve un contratiempo lo cual pudo
haber hecho que me dejara mi bus escolar, gracias a Dios cuento con una mamá
excelente qué me ayudo a agilizar mi salida… Ya en el colegio empecé a sentir el calor
de todos mis compañeros, entre risas, chistes, y especulaciones de lo tanto que
haríamos en el viaje, se fue acercando la hora de montarnos en los buses.
Noveno uno fue el primero en salir, todos habíamos cumplido con la responsabilidad
de llevar nuestros permisos firmados por nuestros padres, nos montamos todos en un
bus grande con una cojineria muy cómoda, después de tanto esperar allí adentro nos
dio mucho calor, al parecer, ser los primeros esa vez no salió tan bien ya que nos tocó
cambiarnos para otro vehículo donde lastimosamente solo había cupo para 21 de los
23 que íbamos ¿Quiénes se cambian para otro bus, donde no viajan todos sus
compañeros de curso? ¿Quiénes se privan de tal diversión durante un viaje?
Lastimosamente allí estábamos, Juan y yo los blancos perfectos para ese cambio, nos
apresuramos a montarnos: un bus totalmente diferente placas TIU 921, adentro
personas que aunque veíamos todos los días en el colegio nunca cruzamos palabra,
pero que formaban un ambiente muy agradable por sus singularidades.
Escuchando el pum pum de la nena fina, baila morena, perreo pa’ los nenes perreo pa’
las nenas transcurrió parte del viaje, pasamos por muchos barrios y comunas de
Medellín: Aranjuez, Campo Valdés, Manrique hasta llegar a ¡nuestra primera parada!
Santo Domingo, eran alrededor de las 8:30 am hacía mucho frío, el frío que te pone los
ojos llorosos de inmediato, hace que tengas rasquiña en la nariz y querer tener 10
busos encima, noté el Colegio Santo Domingo Sabio y su gran Plaza-Mirador con una
hermosa paronímica de Medellín donde aproveche para sacarme unas cuantas fotos
“selfies” con mis amigos. Estuvimos allí cerca de 15 minutos, hasta volver abordar.
10:17 am seguíamos ascendiendo… Divisar el paisaje, la flora y el viento rosar la
ventana fue muy agradable…10:35 paramos por segunda vez, aquí no había un
colegio, ni una tienda, estaba allí a tus pies: TODA LA CIUDAD, el frio se fue borrando
poco a poco, el calor y el hablar de la gente a tan grande admiración de la naturaleza,
sentir el canto de los pájaros, los grillos, el choque del viento sobre las ramas de los
2. árboles me hizo sentir agradecida con todo lo que tengo y que a lo mejor no siempre
se utiliza de la mejor manera.
Cuando ya el sol estaba chocando un poco en la cara… ¡¡LLEGAMOS!! Llegamos a lo
mucho que nos esperaba del Parque Arví hicimos un breve calentamiento y con mis
compañeros de curso comimos croissant, alguito que habíamos acordado días antes
de salir y procedimos, era un cómodo silencio, solo se sentía el sonido de nuestros
pasos, a excepción de los que atrás caminaban, ridículas canciones que no
contrastaban con el lugar.
Me encontré con Chilcos, Sietecueros, Laureles, Orquídeas, Guayabos, Robles,
Azúcenos, Helechos, Hongos, Mariposas, Aves, y muchos escarabajos, el verde en
diferentes matices dominaba los coloridos, por cada una de las diferentes
plantaciones y especies que le dan un toque realmente propio y espectacular.
Entorno a las 11:40 llegamos a Chorro Clarín, saqué mi porta con mi almuerzo, hecho
por la mejor mamá del mundo, aunque también tenía una variedad a escoger: papas
fritas, hamburguesa, pollo, sanduche, y por qué no lo que más me gusta ¡tajadas
maduras! Me comí los ricos espaguetis con un refrescante jugo de uva. Cuando llego
reposamos un poco decidimos andar por el lugar y aproveche para sumergir los pies
en el agua, estaba bastante fría parecía con hielo, con solo meter un dedo daba un
calambre por todo el cuerpo. Estuvimos admirando la naturaleza, fue muy acogedor.
Cuando llego la hora de irnos todos nos desplazamos a nuestros colectivos, unos
cansados, otros con sueño, mojados, sucios de pantano, titiritando de frío, pero en
cada rostro se veía una sonrisa y desde la más pequeña se comprobaba que en el
Loyola, de 9 a 11 ¡Se había pasado estupendo!