Este documento describe el papel de la educación superior intercultural en la lucha contra el hambre. Señala que la desnutrición infantil crónica es un problema entre las comunidades indígenas de Quintana Roo y que la mayoría de las enfermedades prevenibles se pueden evitar con una buena alimentación y nutrición. Argumenta que la educación, la productividad, la economía y la nutrición están íntimamente relacionadas y que el modelo educativo intercultural reconoce, valora y potencia los conocimientos y recursos locales.