La comunidad donde vivía Cristina estaba plagada de basura, impidiendo que la gente saliera a la calle. Cristina habló con el alcalde para pedir ayuda, pero el alcalde dijo que no tenía dinero para limpiar la basura. Cristina y sus amigos idearon un plan para recoger la basura ellos mismos, limpiando toda la comunidad. El alcalde los felicitó y recompensó con una hamburguesa por su ayuda.