Tres patitos hermanos vivían tristemente sin una laguna para nadar en la quebrada de Llanganuco. Un día, uno de los patitos deseó tener una laguna grande, y al día siguiente donde habían estado las piedras se formó una gran laguna con el llanto de los patitos. Desde entonces los tres patitos y los demás animales fueron felices nadando en la nueva laguna de Llanganuco.