En 1229, el príncipe Alfonso de Castilla conoce a Amhed, un niño musulmán de su edad, mientras pasa el verano en tierras de Mursiya. Amhed le enseña a jugar ajedrez y se hacen amigos. Catorce años después, cuando Alfonso y Amhed se enfrentan como líderes de sus ejércitos por las tierras de Mursiya, deciden resolver la disputa jugando una partida de ajedrez. Alfonso gana la partida y firman un tratado de paz.
2. Primavera de 1229. En el Reino de Castilla, reino cristiano, El Rey
Fernando III y su esposa, la reina Beatriz, veían crecer a sus hijos
muy felices, en tiempos de paz. Alfonso, el primogénito Infante y
Futuro Rey, era muy curioso, inteligente y sensible, sobre todo lo
relacionado con el arte y la cultura.
3. David Hortal, consejero del Rey, propone pasar el verano en
tierras de Mursiya, tierras levantinas, bien conocidas por él
pues de allí provenía. Y así lo hicieron. David Hortal, El Rey
Fernando III de Castilla, la Reina Beatriz y sus hijos hicieron
un largo viaje de 10 días con sus 10 noches.
4. Allí, a las faldas de Monteagudo, David Hortal poseía una casa en la
huerta, dónde se instalaron. Les enseñó a Alfonso y sus hermanos a
apreciar la naturaleza, los cultivos, las verduras y frutales, las
herramientas del campo. Así como las acequias dónde se bañaban las
calurosas tardes de verano.
5. Una tarde, Alfonso decidió investigar a solas mientras la familia dormía la
siesta. Le gustaba observar los grandes castillejos habitados por
importantes emires, el ir y venir de sus gentes; pero a escondidas, claro. De
repente, una voz muy amable le sorprendió por la espalda. Amhed era su
nombre, tenía la misma edad que Alfonso, 10 años y al instante se hicieron
amigos. Quedarían allí cada tarde a la misma hora, en secreto.
6. Amhed era musulmán, de cultura árabe. Le enseñó a Alfonso a jugar al
interesante juego del ajedrez, dónde la paciencia y la estrategia son
claves para una partida exitosa. Alfonso aprendió rápido de su amigo
Amhed y disfrutaron de su secreto durante todas las tardes de aquel
verano, en el mismo sitio y a la misma hora.
7. Al finalizar el verano y regresar a Castilla, Alfonso siguió jugando al
ajedrez con David Hortal, pero siempre a escondidas, en secreto, pues
estaba absolutamente prohibido en los reinos cristianos.
Alfonso fue creciendo, formándose en todo aquello que le permitiría ser
un buen futuro Rey, pero sin duda la literatura, las distintas artes y la
cultura en general eran muy importantes para él.
8. En primavera de 1243, cuando Alfonso contaba ya con 24 años, tuvo que
tomar el mando e ir con el ejército del Reino de Castilla hasta Mursiya,
pues llevaban años en litigios por sus tierras dos reinos, el Reino Árabe y
el Reino de Cristiano. A la vera del Río Thader se encontraron ambos
bandos. Alfonso conoció a la máxima autoridad del bando Musulmán: Su
amigo Amhed. Ninguno de los dos quería derramar sangre luchando por
aquellas tierras, por lo que decidieron solucionarlo a su manera.
9. Como era tradición entre ellos, se citaron en el mismo lugar y a la misma
hora, como en su infancia. Se disputaron las tierras de Mursiya con el
juego que les había unido tanto 14 años atrás: El ajedrez.
No fue fácil, fueron horas de partida, hasta que finalmente Alfonso hizo
“Jaque mate” y ganó. El abrazo fue sincero. Amhed volvió a Granada.
Aquella cesión quedó plasmada en el Tratado de Alcaraz.
Alfonso X el Sabio escribió el primer tratado sobre ajedrez.
10. FIN
Cuento “RIVAL Y AMIGO”
del libro de 9 cuentos sobre ajedrez
“El viaje increíble al planeta Ajedro”.
Autor: Juan Carlos Chacón Cánovas.
Editorial Aguaclara
Ilustraciones Francisca-Fe Montoya