Este documento describe los componentes principales del aire, incluyendo oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono, y cómo estas sustancias son importantes para el crecimiento de las plantas de marihuana. También explica cómo enriquecer el aire interior con más dióxido de carbono a través de la fermentación de azúcar y levadura, y la importancia de una buena ventilación para renovar el aire dentro de un espacio de cultivo interior.
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V
El Aire
El aire es un fluido que forma la atmósfera de la Tierra, y que está compuesto aproximadamente
por 78 partes de Nitrógeno, 21 de Oxigeno, 1 de Argón, unas centésimas de Dióxido de Carbono y
resto de otros gases diversos.
EL OXÍGENO
Todos conocemos las capacidades del Oxígeno, que es el gas que por excelencia nos permite
efectuar las reacciones químicas dentro de nuestro organismo (y de las plantas también). Concre-
tamente en las plantas, el Oxígeno se usa en la respiración para quemar hidratos de carbono y generar
energía.
El Oxigeno es la gasolina de los seres vivos. Cada una de las especies lo asimila de una manera dife-
rente, pero nos hace falta a todos. Los humanos lo tomamos por medio de los pulmones, las plantas
a través de los estomas, los peces utilizan las agallas para recoger el que se encuentra disuelto en el
agua...
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¿Queréis hacer el experimento del Oxígeno?
Disponed de una vela, un vaso de mayor altura que la vela, y un plato sopero con agua en el fondo.
Poned la vela en mitad del plato y prendedla. Poned entonces el vaso sobre la vela. Aguardad unos
segundos…
Ajá!!
Efectivamente, la llama se ha apagado porque el Oxigeno presente en el vaso se ha terminado
y… El nivel de agua ha subido en el vaso llenando el espacio que antes ocupaba el oxígeno (¡este
truco siempre deja a los niños boquiabiertos!).
EL NITRÓGENO (N)
El Nitrógeno es parte fundamental de la alimentación de las plantas. Algunas de ellas, como las
verduras o las habas, están especializadas en fijar el N presente en la atmósfera y fijarlo en el suelo gra-
cias a unos nódulos con bactérias que tienen en sus raíces. Efectivamente, es una buena idea plantar
este tipo de vegetales en el lugar donde después vamos a hacer crecer nuestra medicina.
EL DIÓXIDO DE CARBONO (CO2)
Aunque hoy no vamos a comentar nada del Argón, si vamos a hablar del Dióxido de Carbono, ya
que el Carbono es una parte fundamental en la estructura de los vegetales, y como no, también
de nuestra planta amiga (fijáros hasta qué punto es importante, que para conocer la antigüedad de
una planta se le hace la prueba del Carbono 14.)
El caso es que el CO2 combina la energía de la luz para producir azúcares que van a servir de com-
bustible para el desarrollo de la marihuana (ya sabéis la leyenda de que las plantas durante el día
toman Dióxido de Carbono y expulsan Oxígeno, mientras que por la noche ocurre al revés, de ahí el
falso mito de que no se debe dormir con plantas en la habitación).
El caso es que como decíamos al principio, el CO2 forma una pequeña parte de la composición del
aire. La marihuana es capaz de procesar cinco veces más CO2 del que existe en el aire (es una ca-
racterística que las plantas conservan de eras pasadas, cuando la atmósfera terrestre era mucho más
rica en este gas) y desde hace décadas, se utiliza el enriquecimiento del aire con CO2 en invernaderos
comerciales con el fin de incrementar la cantidad y velocidad de producción…
Enriquecer nuestro aire con Dióxido de Carbono
En un ambiente exterior siempre hay suficiente CO2 disponible, ya que el viento va renovando el
aire que rodea las hojas.
En interior la cosa se complica y una planta de cannabis puede consumir todo el gas disponible en
cuestión de minutos. ¿Cómo podemos hacer que haya más?
La manera más sencilla de enriquecer un ambiente cerrado con CO2 es la fermentación alcohólica.
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Así que os vamos a proponer que fabriquemos nuestra primera tosca cerveza. ¿Cómo? A ver, la fer-
mentación es provocada por las levaduras que mezcladas en un líquido dulce, se comen los azucares
y a cambio proporcionan alcohol y ¡CO2!
Con una ridícula inversión podemos multiplicar la cantidad de este gas en nuestro cultivo interior.
Materiales:
• Un recipiente para la fermentación (por ejemplo, una garrafa de agua de 5 litros).
• 100 gramos de azúcar.
• 50 gramos de levadura de panadería (no valen los gasificantes, tiene que ser le-va-du-ra).
Diluimos el azúcar y la levadura en agua y metemos el recipiente –destapado- dentro del cuarto
de cultivo. Las bactérias se encargan del resto.
Esta solución es necesaria cambiarla semanalmente.
TIP: No os bebáis eso, tiene un sabor horrible y cogeréis un dolor de cabeza impresionante.
Os aseguramos que si ningún otro factor lo limita (alimento, luz, abono...) prácticamente veréis crecer
las plantas en un ambiente enriquecido.
LA VENTILACIÓN
Insistimos que en guerrilla, exterior, terrazas, el aire que existe es suficiente y se renueva de mane-
ra automática, pero en un indoor, las plantas pueden terminar con los elementos del aire en cuestión
de minutos, por lo que es imprescindible aportarles aire fresco constantemente para simular su
ambiente natural. Por ello es necesario algún sistema que renueve el aire del cultivo como míni-
mo 12 veces cada hora (calculad el tamaño de vuestro armario... 1m*1m*2m de altura=2 m cúbicos).
Tendremos que hacernos con algún dispositivo que mueva cuando menos 24 m3 cada hora.
Lo ideal es que utilicemos un “intractor”, que aporte como mínimo esa cantidad de aire fresco.
Aprobemos para diseñar vuestro armario de tal manera que el aire caliente, que al ser menos pesado
sube, pueda escaparse por la parte superior de nuestra zona de cultivo y así nos ayude a renovar el aire
y a mantener la temperatura.
También es importante que exista dentro del cultivo ventilador o ventiladores giratorios que se
encarguen de distribuir el aire por toda la plantación y eviten la formación de bolsas de aire que se
quede quieto y con sus elementos consumidos.
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Agua, Tierra, Aire... Ya sólo nos queda el cuarto elemento: Fuego.
¡La luz!