1. Cul tura hebrea
La región de Palest ina fue la meta territorial de todos los pueblos semitas del Desierto de Arabia. Los primeros en llegar fueron los semitas cananeos,
tomaron el nombre del país de Canaán. Fueron vencidos por los semitas hebreos que divididos en t ribus se asentaron en la región (siglo XIV y XI
a.n.e.); fundaron dos reinos: Israel (capital Samaria) y Judá (capital Jerusalén) en los siglos XI y VIII a.n.e. Posteriormente fueron conquistados por
civilizaciones poderosas. Su principal aporte fue religioso (El monoteísmo), se elevaron a la creencia de un Dios único, Jehová, cuyo culto no exigía
estatuas ni figuraciones materiales.
Historia
Cronología: 2000 a 70 d.c
Se inicia con la llegada de los primeros pobladores a la orilla del Río Jordán y se extiende hasta la dest rucción de Jerusalén por el emperador Tito.
Patriarcas
Se llama así a la época en que las t ribus eran gobernadas por los ancianos, llamados patriarcas.
Periodo también llamado de peregrinación por el desierto (Éxodo)
Gobiernan los ancianos, pues la sabiduría estaba dada por la experiencia
Abraham
Fue el primero de los patriarcas. Nació en la ciudad de Ur, en Mesopotamia. La Biblia nos relata que a los 75 años este patriarca oyó la voz de Dios,
que le ordenaba abandonar la t ierra de Ur. Los historiadores aseguran que dicho acontecimiento ocurrió en el reinado de Hammurabi, hacia el año
2050 a.c. Inicia la peregrinación y la búsqueda de la t ierra prometida, se dirigió con su gente al desierto, donde Jehová, en recompensa a su
obediencia, le aseguro las t ierras de Canaán. Los hijos que tuvo con su esposa Sara, Isaac, y su esclava Agar, Ismael, son el génesis de muchos
conflictos en el Oriente Medio, ya que esos hijos darían origen a los judíos y árabes respectivamente.
Jacob
Hijo de Isaac y nieto de Abraham, llamado también Israel, que quiere decir el que lucha con Dios. Se casó en Caldea y regresó a Palestina. Tuvo 12
hijos, que fueron los fundadores de las doce t ribus de Israel.
Moisés
Su nombre significa salvado de las aguas. Liberó a su pueblo de la opresión egipcia a t ravés del Éxodo. Recibió los diez mandamientos en el Monte
Sinaí. Su pueblo fue cast igado durante 40 años por idolatría. Llegó casi hasta la Tierra Prometida (Palestina) y dejó a su pueblo bajo el mando de
Josué, quien sí llegó a dicha Tierra.
Historia de los Patriarcas
Tras su salida de la ciudad de Ur, Mesopotamia, este pueblo viajó hacia Palestina (estrecha franja de t ierra entra Fenicia, actual Líbano, y Egipto), los
hebreos se dividieron en t ribus, formando así clanes patriarcales que adoraban a un solo Dios (monoteísmo), acreditaban ser el pueblo elegido, y por
eso Dios escogería a determinados miembros del grupo para que fueran cumplidos los planes divinos. Los clanes eran gobernados por un Patriarca,
pract icaban una economía basada en el pastoreo, que evolucionó hacia la agricultura gracias a la fertilidad de las t ierras del norte y a las zonas
montañosas del Sur de Palest ina.
Los Hebreos permanecieron por alrededor de t res siglos en Palestina, hasta la ocurrencia de una violenta sequía que arrasó la región. Algunas t ribus,
bajo el liderazgo de Jacob, migraron hacia Egipto y se afincaron por cuatrocientos años, periodo que coincidió con la dominación de Egipto por parte
de los Hicsos, que cooperaron con los hebreos. Cuando los Hicsos fueron expulsados los hebreos pasaron a sufrir persecuciones, fueron condenados a
pagar altos impuestos y luego fueron t ransformados en esclavos.
Esta opresión se terminó con el surgimiento de Moisés que lideró al pueblo hebreo hacia la libertad en marcha a Canaán (la llamada "Tierra
Prometida"). Este episodio fue conocido como el Éxodo, y fue ret ratado en el libro bíblico del mismo nombre. Moisés, de acuerdo a la biblia, recibió
de Jehová, en el monte Sinaí, los Diez Mandamientos, que cont ienen principios éticos, morales y religiosos que deberían orientar la conducta del
pueblo hebreo y, principalmente, reforzar la creencia en un solo Dios. Moisés y el pueblo Hebreo permanecieron por cuarenta años en el desierto del
Sinaí. Las dificultades encontradas en el camino de retorno a la Tierra Prometida fueron acompañados, en varios momentos, de regresos a la idolat ría
y el politeísmo, obligando a Moisés a reforzar cada vez más su autoridad. Entretanto, Moisés moriría antes de la llegada a Palest ina.
El Sucesor de Moisés sería Josué, que acabaría de concluir con la larga jornada hacia Palestina. Al llegar verían que la Tierra Prometida estaba
ocupada por otros pueblos como cananeos y filisteos. Sería necesario luchar para conquistar Canaán. Como los Patriarcas eran líderes religiosos y no
militares, ellos darían lugar a los Jueces, jefes militares que pasarían a comandar a los hebreos en la lucha por la "Tierra Prometida".
Jueces
Periodo en que los hebreos se establecen definitivamente en Palestina, abandonan la vida nómade y se dividieron en doce t ribus, que nombraban a los
Jueces para su gobierno. En este segundo periodo de la historia hebrea, este pueblo lucha por el afianzamiento, en la Tierra Prometida donde habrían
de asentarse definitivamente. Los jueces más celebres fueron: Gedeón, Jefte, Sanson y Samuel.
Gedeón
Es el quinto Juez que aparece en el libro de la biblia "Jueces" (Capítulo VI a VIII). También se le menciona en la epístola de los Hebreos como un
ejemplo de un hombre de fe. Es hijo de la t ribu de Manases. El nombre de Gedeón significa "Destructor", "poderoso guerrero". Gedeón fue el juez
que liberó a los hijos de Israel de los Madianitas. Los madianitas eran pueblos nómadas árabe de los desiertos de Siria y Arabia. Estas personas
oprimían a los hebreos robándoles sus cult ivos y sus animales domést icos. Ellos habían invadido la parte central de Palestina.
Fue entonces que Gedeón fue llamado por Dios, para hacer libertar a su pueblo. Dios le ordenó dest ruir el altar de Baal (falso dios en el Asia Menor,
algunos hebreos habían caído en la idolatría ante este Dios) y levantar un altar dedicado a Dios. Luego de derrotar a los medianitas, fue considerado
un héroe militar , Israel quería hacer de él un rey , pero, sorprendentemente , Gedeón se negó a esta oferta, lo único que quería era los zarcillos de oro
que había tomado como parte del bot ín de guerra para honrar el altar de Yahveh (Jueces 8:27). El servicio prestado por Gedeón era un paso muy
importante en la historia de Israel, antes de monarquía. Gedeón fue un ejemplo de siervo humilde y fiel de Dios.
Sanson
De la t ribu de Dan, que represento la encarnacizada defensa contra los filisteos. Era poseedor de una fuerza extraordinaria vinculada a su larga
cabellera y cuyo secreto fuera revelado por la desleal Dalida. La Biblia menciona que con una quijada de un burro mato a mil filisteos.
Samuel
2. Últ imo de los jueces a fines del siglo VI a.c., derrotó a los filisteos, pero cuyo prestigio radicó en el ascendiente espiritual y religioso que tenía.
Combat ió, tenazmente la idolatría y unificó a los hebreos quienes decidieron reconocer una autoridad común a todos formando, así, un solo estado
monárquico cuyo primer rey fue Saúl.
Reyes
Periodo en que los hebreos eran gobernados por un Rey, surgió por la necesidad de unificarse y defenderse contra sus enemigos, los filisteos en la
costa y de los nómades del desierto.
Periodo de los Reyes
Más tarde, para unir más al pueblo y centralizar los poderes religiosos, políticos y militares, fue fundada la monarquía. Saú l, sería el primer rey
hebreo, se suicidaría después de una humillante derrota, le sucedería David, quien había matado al gigante Goliat con una piedra. En el año 966 a.c.,
David moriría y en su lugar sería coronado Salomón. En esos momentos los hebreos ya poseían un gran ejército, una administ ración y un gobierno
cent ralizado. Todo eso favoreció al rey Salomón, pero el gasto excesivo de la corte real obligaría a elevar los impuestos causando así un descontento
en la población.
A la muerte de Salomón ocurriría la división de la monarquía en dos reinos (Cisma): El Reino de Israel, al norte con su capital en Samaria formado
por diez t ribus; Reino de Judea, al sur, const ituida por dos t ribus y como Jerusalén como su capital. En el año 721 a.c., el reino de Israel sería
conquistada por los asirios y aproximadamente doscientos años después el reino de Juda fue conquistado por los babilonios al mando del rey
Nabucodonosor II, de esta forma los hebreos volverían a ser esclavizados, este periodo se conoce como el Caut iverio de Babilonia.
A raíz de esta división en dos Reinos, sobrevino la decadencia, siendo dominados por los asirios con Salmanzar V y Sargón II; luego, por los persas
con Ciro el Grande; los griegos con Alejandro Magno, y, por último, por los romanos cuando Palestina pasó a ser provincia romana en tiempos de
Pompeyo.
Saúl (1117 a.c.)
Fue nombrado rey a petición del pueblo. Tuvo un magnífico ejército, que les permitió a los hebreos vivir en paz y asegurar sus fronteras. Se convirtió
en un brillante guerrero, combatiendo a los filisteos.
David (1077 a.c.)
LA CULTURA HEBREA
Ubicación Geográfica.- Los hebreos se desarrollaron en la región de Palest ina, que se encuent ra ubicado en la parte cent ral occidental de Asia
Menor, frente a las costas del Mediterráneo. Tiene los siguientes límites:
ü Por el norte con Siria.
ü Por el sur con la península de Sinaí.
ü Por el este con el mar Muerto y el rio Jordán.
ü Por el oeste con el mar Mediterráneo.
Recibe est e t errit orio el nombre de “ T ierra P romet ida” o “ P aís de Canaán”.
El territorio presenta algunas llanuras y pequeñas elevaciones. El clima es cálido y seco, mientras que el rio Jordán at raviesa la región de norte a sur, y
desemboca en el mar Muerto a 400 m bajo el nivel del mar. Este lago debe su nombre a las grandes cant idades de sales que cont ienen sus aguas y que
no permiten el desarrollo de alguna forma de vida animal o vegetal. En las áreas fértiles, se pract ica la agricultura con productos como el t rigo, el
olivo, la vid; el ganado caprino y el ovino.
Ant iguamente, el territorio presentaba t res regiones: Galilea, con su capital Nazaret ; Samaria, con su capital del mismo nombre; y Judea, cuyo
capital era Jerusalén.
PERIODOS Y ORGANIZACIÓN POLÍTICA.
1. PERIODO DE LOS PATRIARCAS (2000-1000 a.n.e.). También llamado de peregrinación por el desierto. Gobiernan los ancianos, pues la
sabiduría estaba dada por la experiencia. Ent re ellos tenemos a:
ü Abraham
ü Moisés
ü Jacob
2. PERIODO DE LOS JUECES. También llamado del “ afianzamiento nacional”. Los hebreos se constituyen como nación por primera vez. El nombre
de Jueces se les da a los gobernantes siguientes:
ü Jefte
ü Gedeón
ü Sansón
ü Samuel
3. PERIODO DE LOS REYES (1030-931 a.n.e.). T ambién llamado “ periodo del apogeo” o de los monarcas. Ent re ellos t enemos:
ü Saúl
ü David
ü Salomón
3. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA.
Los hebreos se dedicaron a:
1. La Ganadería: crearon el ganado caprino y ovino, bueyes, caballos y camellos, obteniendo leche, queso y lana.
2. La Agricul tura: cult ivaron t rigo, olivo, vid, frutales, que les garant izaban alimentos. También obtuvieron legumbres y lentejas.
3. Al Comercio: era ot ra salida. Ent re la ciudad de Ur (cerca al golfo Pérsico) y la de Harán (cerca de las nacientes del Éufrates y de los montes
Armenia) existía un flujo comercial intenso de caravanas que los hebreos no desaprovecharon. Exportaban aceite y vino e importaban metales (cobre
de Chipre, hierro de Aust ralia, oro de Arabia), marfil y espacias.
ORGANIZACIÓN SOCIAL.
Inspirados en sus concepciones religiosas, en que predicaban igualdad y just icia; podríamos decir, que en la Cultura Hebrea n o exist ieron las
profundas diferencias sociales.
Estas t ribus errantes crearon la idea de un dios único y se autoconsideraron el pueblo “ elegido por dios”, como una manera de mant ener su unidad y
lograr fuerza nacional.
RELIGION.
La religión de los hebreos const ituye el mayor legado para los pueblos del mundo occidental. Tuvo las siguientes característ icas:
a) Monoteísta: porque crían en un solo dios, creador del universo, del hombre y de todo lo existente.
b) Espiri tualista: concebían a su dios un espíritu invisible, sin representaciones físicas (estatuas), al que se llegaba por medio de oraciones y cumpliendo
los diez mandamientos.
c) Moral ista: porque tuvo exigencias de práct icas morales como el bien, lo noble, lo justo, cont ra las costumbres bárbaras e inhuman as.
ASPECTOS CULTURALES.
El valioso aporte de los hebreos a la cultura humana es la religión de carácter monoteísta por cuanto t ienen la creencia en un solo Dios, que es
Jehová, el cual espiritualmente está en todas partes y no se le puede representar con imágenes.
Esta religión está normalizada por el decálogo de los Diez Mandamientos que le fueron ent regados a Moisés en el monte Sinaí.
Un documento importante para el pueblo hebreo y la humanidad es la Biblia, a la que se le considera como fuente de eterna moral y que vincula al
hombre con Dios, consta del Ant iguo Testamento y el Nuevo Testamento y se const ituye, además, una fuente para el estudio de l a Historia.
RESUMEN EN MAPA MENTAL.
El idioma hebreo en la cultura
Gustavo D. Perednik
Sobre la más singular de las renovaciones idiomáticas
De las seis mil lenguas que habla la humanidad hoy en día, la mayoría desaparecerá en el t ranscurso de menos de un siglo. Unas mil millones de
personas hablan chino, y otras mil millones se dividen en tercios: hindi, español e inglés. La mitad de la población mundial habla en diez idiomas.
Con todo, el criterio de la cant idad de hablantes puede engañar. De acuerdo con él, el idioma hebreo puede aspirar sólo al puesto setenta en el
concierto de las lenguas humanas, cuando en realidad su presencia es mucho más notable, y su influencia mucho más amplia de lo que ese rango
podría indicar.
Para verificar su presencia, señalemos por ejemplo que de los 270 lenguajes que t ienen Wikipedias, el hebreo está entre los t reinta más importantes.
La versión hebrea exhibe más de 100.000 entradas, y es considerada la segunda por la calidad y profundidad de sus art ículos. Es ut ilizada
cot idianamente por casi el 40% de la población de Israel, uno de los porcentajes más altos del mundo.
Una plausible clasificación idiomática en una docena de grandes grupos lingüísticos, albergaría destacados al indoeuropeo y el semít ico, que
coexist ieron durante milenios en bastante proximidad uno del ot ro, y se nut rieron recíprocamente de términos, como «shabat» y «hediot». Y lo más
importante: estas dos familias influyeron como ninguna otra en todas las lenguas occidentales.
El más estudiado es el grupo indoeuropeo, cuyas 150 lenguas se suponen derivadas de un lenguaje prehistórico bastante ignoto, que regist ra como
antecedente al hit ita, del pueblo que creó un imperio en el Norte de Anatolia, hoy Turquía. Hoy en día, casi la mitad de la p oblación mundial habla
idiomas de este grupo, que abarca a la mayoría de los de Europa y el Sur de Asia.
De la ot ra rama, la semítica, las únicas lenguas que perviven son el hebreo, el árabe, el et íope y el arameo. Los parientes del más antiguo, el hebreo,
han desaparecido: el fenicio, el amonita, el moabita, el edomita, y el ugarít ico.
El hebreo t iene su origen en lo que fue Canáan y es Israel, y fue similar al fenicio, el idioma de su vecino del norte y aliado.
El idioma hebreo t iene características muy singulares: es primordialmente un lenguaje de verbos. Tiene menos conjunciones, preposiciones, adverbios
y adjet ivos que la mayoría de los idiomas modernos; los numerosos son sus sustant ivos, que pueden vincularse a sus
Cosmovicion
INTRODUCCIóN
Un ideal humano generalizado entre los griegos fué la sabiduría, sofía, o llegar a ser un hombre sabio, sofoV anhr. Esta virtud tenía toda la prestancia
y nobleza, asociada a una larga t radición de formación integral, que tenía como meta la felicidad y un comportamiento armónico con el cosmos y la
sociedad.
Por su parte, la cosmovisión hebrea tiene de la sabiduría una apreciación diferente, que la podemos inferir de este pasaje de Proverbios "El temor de
Yahvéh es el principio de la sabiduría" o de este mensaje de San Pablo a los Corintios "La sabiduría de este mundo es necedad delante de Dios".[1]
Dichos pensamientos t ienen igualmente una larga t radición en la cultura hebrea, para la que la sabiduría de Dios sost iene y está presente en toda la
historia del cosmos y del hombre, pero en particular en la historia de Israel. Por eso, la sabiduría de Dios es sant idad, es alianza, es ley, pero también
perdón y misericordia. Está al comienzo, pero también estará presente al final de los t iempos, cumpliendo la promesa de nuevos cielos y nueva t ierra
para todos.
De estos dos enfoques se deriva que estamos ante dos pueblos y culturas, cuya percepción de su origen y su ethos camina por sendas aparentemente
diferentes. Por eso, importa saber qué es la sabiduría, cuáles son sus características, los t ipos que existen y sus alcances antropológicos, que
históricamente cada pueblo fue conquistando y modelando en su propia cultura. ¿Existe alguna aproximación entre ambos enfoques? A continuación
examinemos estas inquietudes.
1. La Sabiduría y su fin supremo: la verdad, alhqeia
Los orígenes de la sabiduría griega hunden sus raíces en la sabiduría oriental: sumeria, asirio-babilónica, egipcia, fenicia,etc. Esta influencia fue
reconocida por los más destacados pensadores de la cultura helénica, como Herodoto, Platón, Aristóteles. Tal influencia aparece en la técnica, las
artes, las ciencias, la religión y la sabiduría.
Sin embargo, la sabiduría griega, desde sus comienzos, estuvo marcada por una innata y característica curiosidad, que llevó a los helenos muy lejos en
las reflexiones y sistematizaciones acerca del cosmos, de la vida y del alma, superando en mucho a sus viejos maest ros y vecinos.
4. Un significat ivo paso dentro del desarrollo del pensamiento griego lo da Sócrates, para quien la meta suprema del conocimiento humano es conocerse
a sí mismo y conocer las cosas más elevadas y divinas. Aquí el fin supremo de la sabiduría es la virtud, de modo que el hombr e sabio es un hombre
moral y la verdad socrática el bien moral. A partir de Sócrates la sabiduría, como parte del más alto ideal de los griegos, la areté, no dejará de tener en
el futuro una clara connotación moral.[2]
Platón, impactado por el maestro, Sócrates, prosiguió la investigación sobre la naturaleza de las cosas más elevadas y divinas. Por eso, para él la
sabiduría es conocimiento de las esencias o ideas permanentes, que solo pueden ser contempladas por la inteligencia, nonV, regidora del alma. Este
t ipo de conocimiento produce una ciencia verdadera por cuanto se nut re de verdaderos entes, no sujetos al cambio.[3] Esta ciencia está por encima de
la experiencia, pero debajo de un conocimiento superior que es la dialéct ica, saber o visión del conjunto, contemplación y amor de las esencias puras,
incambiables.
Así la sabiduría en Platón es búsqueda y amor de las ideas, que son entes reales, no mentales. Son bellas en sí porque participan de la misma Belleza.
En consecuencia la sabiduría como virtud es un ideal moral que va configurando estéticamente el alma en ese acercamiento a las verdades, que son
las ideas eternas, modelos y causas finales de todas las cosas. El sabio es por tanto el que posee la virtud de la contemplación.[4]
La Metafísica de Aristóteles nos ofrece una nueva visión del mundo de la sabiduría humana. Si Platón a t ravés del conocimien to nos eleva y nos
diviniza al ponernos en contacto con las esencias puras y divinas, Aristóteles nos diviniza igualmente, pero a la inversa, llevándonos al mundo de las
cosas. El saber para Aristóteles es una forma de poseer la verdad de las cosas.
En relación al proceso de posesión establece tres maneras de acceder a la verdad de las cosas o al desocultamiento de las cosas: una es la tékne, otra
es la phrónesis, o prudencia, la tercera es la epistéme, o conocimiento del porqué universal y necesario de las cosas, y el cuarto modo o grado de
posesión, el más profundo y completo conocimiento,es la sofía, o sabiduría. De esta manera, el desocultamiento permite llegar a las sustancias
primeras o theoi, porque nos ofrece las explicaciones más completas concernientes a los primeros principios.[5]
La sabiduría en Aristóteles es la vida más plena, porque es una vida conforme al intelecto, que es lo que principalmente constituye al hombre. Esta
vida es superior a la humana, pues el hombre, afirma Aristóteles, no la vive como hombre, sino en tanto algo divino se halla presente en él.[6]
¿Qué es, en cambio, la sabiduría para los hebreos? ¿Cuál es el fin supremo de la sabiduría israelita? La sabiduría de los sabios es necedad ante los
ojos de Dios. Los israelitas por diversas circunstancias culturales y de exilio tenían conciencia del peso de esta sentencia. La alianza, brit , y la ley,
torá, asimiladas en la conciencia colectiva los hacía discriminar y reafirmar su alianza y por tanto su distancia cultural frente a otros pueblos.
La sabiduría, hokmá, entre los hebreos t iene un profundo sentido religioso moral. Presupone una elección, una alianza y una ley. Tiene el significado
de prudencia, saber, reflexión, superioridad espiritual. En este contexto, la literatura sapiencial hace una diferencia entre la sabiduría profana y la
sabiduría divina. El hebreo, por tanto, dist ingue y debe ordenar su vida en función de la sabiduría divina. Por eso, Isaías advierte "sobre los sabios a
sus propios ojos y para sí mismos discretos", y más adelante señala: "por eso, he aquí que yo...perderé la sabiduría de sus sabios y eclipsaré el
entendimiento de sus entendidos".[7]
Así, la meta de la sabiduría del hebreo es "el temor de Dios". Aquí temor no significa miedo, distanciamiento, sino, por el contrario, reconocimiento
de la sant idad de Dios, prudencia, reconocimiento de la acción liberadora y santificadora de Dios a lo largo de la historia p ersonal y colectiva del
pueblo de Israel, de donde, en consecuencia, proviene el temor a ofenderle y a violar la alianza, brit .
¿Cómo se adquiere esta sabiduría? Esta sabiduría no es como en la cultura griega producto de un esfuerzo, dedicación y heroísmo acrisolado en la
contemplación y en la práctica del bien. Aquí la sabiduría viene de arriba y es gratuita completamente. Está asociada a la fe, que es fidelidad a la
alianza. Por eso, una vez aclarado este fundamento histórico religioso, la literatura sapiencial abunda en recomendaciones de cómo adquirirla: a t ravés
de la piedad, la lealtad, la confianza, el reconocimiento. El que la alcanza no es llamado sabio, como entre los griegos, sino justo, santo.
2. La Personificación de la Sabiduría
Ent re los griegos la personificación de la sabiduría,como ideal intelectual y moral, se centra en el sabio, sofoV anhr. El modelo educat ivo del héroe
epopéyico de los cantos homéricos sufre una transformación interior y se convierte en el héroe sabio, que conoce el bien y no puede dejar de
pract icarlo. En esta concepción del sabio se da una fuerte influencia pitagórica, para quien la ciencia t iene un fin purificador y liberador del mal hacia
el bien. Por tanto, la vida concreta del griego y en particular del sabio está dominada por una concepción bipolar -dialéctica de las fuerzas de la
naturaleza: luz y sombras, alma y materia, bien y mal.
En Platón el filósofo es la personificación de la sabiduría. Es un hombre con una vocación especial, con una disposición hacia las cosas más elevadas
de este mundo. ¿Cómo son estos hombres? Platón los describe como una progenie selecta, grávidos de alma, o como seres alados, que una vez que
han contemplado la belleza, sólo desean volar hacia arriba, olvidándose de las cosas de aquí abajo. Padecen a los ojos de los mortales de una locura
insensata por preferir las cosas divinas. Por sus conocimientos y por sus virtudes morales los filósofos deben, según la sabiduría platónica, liderar la
organización social y civil.[8]
Para Aristóteles los que poseen la sabiduría, como una pasión intelectual, reciben el nombre de sophós. Ser un sophós, sin embargo, implicaba entre
ot ras cosas haber alcanzado y tener por lo tanto un conocimiento exacto de las cosas, exactitud que debe ser lograda a t ravés de un conocimiento
sistemát ico y riguroso. De aquí se desprende que el saber del sophós no es una mera opinión, o un saber basado en fuentes secundarias; es un saber
rector que está por encima de los demás, pues su fundamento son los primeros principios. Pero también en el sophós aristotélico está presente la
nobleza del héroe homérico, ya que este saber no es interesado, no busca ut ilidad, sino que es una acción pura que se basta a sí misma, es pura praxis,
y desde este sent ido es plenamente humana. De aquí se sigue que el sophós como personificación de la sabiduría es un modelo moral en el que se da
la vida theoretica más elevada y la máxima felicidad.[9]
Por su parte, en la literatura bíblica la personificación de la sabiduría aparece poéticamente expresada de muchas maneras. En primer lugar, la
sabiduría aparece "junto a Dios" en la creación del universo, dando la impresión de ser una persona dist inta, o una intermediaria entre el mundo y
Dios. Pero el mismo Libro de Proverbios se encarga de despejar esta duda, cuando afirma que la sabiduría fue creada antes de todas sus obras más
ant iguas y modelada desde la eternidad.[10] Entonces, la sabiduría es Dios mismo revelando su plena conciencia de la perfección de su acción
creadora.
Sin embargo, en los versículos siguientes a este texto la sabiduría aparece también personificada entre los hombres, al afirmar que "sus delicias están
con los hijos de los hombres". Aquí esta personificación es un proceso de configuración con el más alto y único modelo de san t idad que es Dios
mismo, de donde proviene toda sabiduría. Paso seguido, el escritor sagrado invita a acogerla interiormente, a realizar una t ransfiguración religioso
moral, "a hacerse sabios". Pero esta invitación casi es un imperativo moral, pues acogerla significa la vida, y rechazarla, p or el contrario, significa la
muerte.[11]
Pero más que significar la vida, la sabiduría se personifica como amor, como amada, que realiza desposorios con el alma para inducirla en la práctica
del bien y en la recta posesión de todos los bienes. Con fuerte influencia del pensamiento griego, también en el Libro de la Sabiduría, aparece
generando las demás virtudes y, en particular, la templanza, la prudencia, la just icia y la fortaleza[12], virtudes de ascendencia helénica y que más
tarde los teólogos medievales van a denominar cardinales por su carácter fundamental en la formación moral del hombre.
En la literatura profética apocalíptica encontramos de nuevo otra personificación plena de la sabiduría. Isaías anuncia que del t ronco de José brotará
un vástago, que estará lleno del espíritu de Yahvéh, que es espíritu de prudencia y de sabiduría, espíritu de consejo y de valentía, espíritu de ciencia y
de temor del Señor. En este vástago la historia de la sabiduría de Israel alcanza su pleno sentido, por cuanto la alianza, el temor de Yahvéh, la just icia
y la sant idad adquieren valor universal.[13]
3. Alcances antropológicos de la sabiduría griega y hebrea
En el pensamiento clásico griego Sócrates representa un peldaño hacia una mayor y más completa concepción del hombre. Con el se ent ra en un
proceso de autoconocimiento de la complejidad del ser humano que no t iene fin aun en los tiempos de la posmodernidad. La prioridad de Sócrat es,
hemos dicho arriba, está en la conducta moral del hombre, por eso t res conceptos dominan su mundo moral: agathón, el bien, ar eté, la virtud, y
eudaimonía, la felicidad. Estas ideas, como ideales morales, son la herencia socrática y el principio motor de profundas reflexiones en sus discípulos y
posteriormente en la cultura occidental.[14]
Con Platón se nos amplía la visión acerca del hombre. No sólo hace referencia a los valores morales del hombre, como continuación de la reflexión
socrát ica, sino también se refiere a su naturaleza compleja, al dualismo metafísico inserto, pensamiento que va a tener implicaciones en la religión, en
las filosofías idealistas, en el arte y en la política. Derivado de este dualismo antropológico, el hombre es alma más que cuerpo. La naturaleza de esta
alma t iene un origen superior de modo que preexiste al cuerpo, en donde es encarcelada para cumplir una cadena catártica de reencarnaciones.[15]
Esta preexistencia del alma caracteriza esencialmente su naturaleza y sus funciones elevadas y sublimes, por lo que se const i tuye en principio de todo
5. movimiento en el cuerpo, sin perder su cualidad de inmortal. A este nivel Platón nos da a conocer una vez más la doble fuerza que se anida en las
ent rañas del alma: por una parte es una realidad supramundana, que aspira y es at raída por las esencias puras, que son las ideas eternas, pero por otra
parte también es principio de vida corpórea, por cuya unión resulta dotada de thymos, ánimo o fuerza de voluntad, inclinada a los afectos sensibles, y
dotada de epithymía, o concupiscencia.[16]
Derivada de esta concepción antropológica, la ét ica platónica es una ét ica del placer sublimada y espiritualizada, por cuanto su mot ivación ideal es la
belleza y su razón, el goce desinteresado de las cosas sensibles en tanto que en ellas se da la parousía o presencia de las esencias puras. La sabiduría
platónica termina por ser una virtud noética del alma, ordenada a la contemplación del Bien y al disfrute que éste produce.
Frente a esta visión espiritualizada, Aristóteles nos ofrece una visión inmanentista del hombre con su teoría del hilemorfismo. Según esta teoría, el
hombre es una unidad sustancial, un ser natural dotado de la capacidad de autorreflexión, sin dejar de ser de este mundo natural y de sufrir las
vicisitudes de su propio mundo.
¿En qué marca su distanciamiento respecto a Platón? El énfasis de su aporte está en dar a conocer el carácter sociable y político del hombre. En
consecuencia, el Estado es un producto de la naturaleza, responde a la necesidad imprescindible de organización y ordenamiento de los individuos
hacia un telos social, que es el bien común.
Así, la visión aristotélica referida tanto al ser del hombre como a su comportamiento está enraizada en una racionalidad teleoló gica natural en la que
la felicidad suprema está en desocultar las sustancias o theoi de las cosas.[17]
¿Qué es el hombre para la sabiduría hebrea? ¿Qué es lo que el hebreo ha pensado y expresado a t ravés de la literatura bíblica acerca del hombre? La
visión hebrea del mundo parte de una reflexión íntima, subjet iva antropológica, religiosa. A diferencia de los griegos, quien es comenzaron sus
reflexiones filosóficas a partir de la naturaleza circundante, el hebreo explica su mundo y al hombre a partir de una acción divina creadora. Antes de
esta acción no existe más que caos, y bajo el llamado a la existencia de parte de Dios el universo, el t iempo y el hombre existen. De esta manera el
hebreo rompe con la sabiduría común emanacionista de los pueblos vecinos para afirmar la t rascendencia de Yahvéh.
El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios. Esta idea es de por sí clara, pero para que sea interiorizada como una lección es repetida una vez
más: "a imagen de Dios lo creó". En el futuro toda la literatura bíblica va a volver sobre este hecho soberano y de particular predilección respecto al
hombre en el orden de la creación. El hombre en respuesta debe moralmente imitar a Dios, en sus principales cualidades que lo caracterizan: santidad,
just icia, amor.[18]
Pero la imitación de Dios no es un problema simple, ya que desde muy temprano la historia del hombre se vio averiada y t rastocada respecto a su
orden natural divino original. Hubo una falta, hattit, que comportó una ruptura, pesá, en la relación personal del hombre con Dios. Esta falta produjo
un debilitamiento moral en la naturaleza del hombre, una dest rucción de la unidad original del proyecto humano, lo cual va ser causa del drama
humano religioso, que se expresa como pecado-redención, esclavitud-liberación, pero que dicho drama, lejos de ser fatalista,como en el caso de los
griegos, está abierto a la fe y a la hesed de Yahvéh.
Así, dent ro de esta historia de predilección y prueba, el hebreo experimentó la tensión dialéctica entre la obediencia y la l ibertad, entre el abandono y
la promesa. La obediencia, como señala Fromm, es obediencia al padre, que representaba en el contexto patriarcal la autoridad, la razón, la
conciencia, la ley, los principios morales y espirituales. Dios para el hebreo es la autoridad, es el legislador supremo, que a diferencia de ot ras culturas
aquí la obediencia a Yahvéh es la negación de la sumisión a ot ro hombre, y así afirma y garantiza la independencia y la libertad del hombre.[19]
Para von Rad la visión antropológica de los hebreos no llegó a comprenderse en toda su medida, sino sólo a t ravés de la fe singular en Dios. Siempre
vio y pensó al hombre en función de esa relación con Dios, según su acercamiento o su alejamiento. De donde se infiere que el hombre que aparece
en la literatura bíblica con todas las mat izaciones semánticas propias de cada cultura no es el hombre en general, sino el hombre de la historia de
Israel, inmerso en un mundo religioso de fe. Esta fe produjo una desmitologización absolutamente única, lo cual conllevó austeridad, soledad,
aislamiento. Hechos comunes como la muerte, el lenguaje, el cuerpo, el corazón, y todas sus inst ituciones solo pueden entenderse en el contexto de su
fe.[20]
Desde este contexto histórico religioso, reconociendo que el Ant iguo Testamento es una preparación para el Nuevo Testamento, ¿en qué radica la
esencia del hombre? La esencia del hombre no es el logos griego, ni la razón o el espíritu, ni tampoco es el rostro o el corazón, como señala Wolff,
porque no se t rata de una simple antropología física-cultural. Aquí, por el contrario, la esencia auténtica del hombre en relación a una ant ropología
histórica salvífica está en ser "un nómada espiritual", "un caminar a", "una voluntad hacia", "un querer". Esta esencia surge de un desfondamiento
espiritual tan sólo saciable en la promesa mesiánica.[21]
CONCLUSION
Después de analizar ambos enfoques sobre la sabiduría, uno podría estar inclinado a pensar que existe una gran aproximación entre la sabiduría griega
y la sabiduría hebrea, especialmente cuando constatamos que, sobre todo, los libros sapienciales dan muest ra de evidente influencia de las categorías
át icas.
Sin embargo, desde el plano general de una antropología cultural las diferencias surgen en relación al hombre y a su mundo. En cuanto al hombre la
ant ropología griega enfatiza la cabeza, la mente, el intelecto, las funciones superiores, el arte, las ciencias, pero sobre todo, la filosofía, la más noble y
universal de todas las ciencias. En relación a esta concepción espiritual, la ét ica t iene como meta vivir de acuerdo a los más altos valores morales. En
razón de todas estas cualidades el hombre se eleva por encima y es la medida de todas las cosas.
Para el hebreo, en cambio, la cabeza y el intelecto no son las partes más importantes del ser del hombre, sino el corazón, leb. Es el órgano central y
definit ivo de la vida, es sede de los sent imientos, de los deseos y de los más altos pensamientos y en consecuencia de la sabiduría. Así, Yahvéh habla
al corazón del hombre (no al intelecto) y pone su corazón en el corazón del hombre (Salm. 33,11 y Job 7,17).
Pero la distancia entre ambas sabidurías se agiganta cuando se refiere al mundo religioso y a la esencia del hombre. Mientras para el griego el mundo
del hombre es un mundo cerrado, natural y la esencia es una sustancia metafísica natural o el intelecto, nouV; para los hebreos el mundo es abierto,
surge de una creación y culmina fuera del t iempo; la esencia del hombre bíblico adquiere toda su configuración en el contexto de la fe religiosa. La
esencia es, por lo tanto, una experiencia existencial: "es un caminar teniendo la seguridad de una promesa, es un estar abandonado sabiendo que en el
abismo de la soledad la hesed de Yahvéh está presente".
Cal ificación y comentarios del preguntador
Cosmovisión. Religión, divinidades.
Divinidades: Jahveh o jehová
En un mundo envuelto por el politeísmo, resurge el lazo entre jehová y el hombre, representado en la Alianz aque se establece con Abraham.
Abraham, padre de lso hebreos, institucionaliza la rel igión y cul tura judpia. Con él se sientan las bases del judaismo com pueblo.
La elección del pueblo judío comoencargado de pomover la palabra de Dios supone un comprommiso bilateral: Por un lado, jehová promete
prooteger y recompensar a su pueblo y, por otro, Abraham a adorarlo por sobre todas las cosas.
La rel igión dominó todos los aspectos de la cultura hebrea. La prohibición de representar la divinidad estimuló la l iteratura y el res ul tado
fue la BIBLIA o sagradas escrituras.
El Antiguo Testamento está escri to por los hebreos. Habla de las costumbres y pensamie ntos morales de los israel i tas.
Luego los cristianos agregaron el Nuevo Testamento con la l legada de Cristo y los orígenes del cristianismo. La primera gran di ferencia de la
rel igión del pueblo hebreo con los demás del Cercano Oriente es que cree en un solo Dios. Este es justo y bueno, exige a su pueblo el
cumplimiento de una moralidad. No tiene forma humana, esto significa que no puede ser representado. El hombre es inferior a Él , pues Dios
lo hizo a su imagen, inmortal , pero como ha pecado debe ser castigado.
Otra diferencia es que Dios actúa con los hombres y no fuera del mundo de lo s hombres. Esto no signi fica que no volvieran a caer
periódicamente en el politeismo. Esta caída se producía varias veces hasta que alguien (como los predicadores) los esperanzab an
nuevamente.
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