La ingeniería social se basa en manipular las emociones humanas como el miedo, la curiosidad o el deseo de complacer para ganarse la confianza de las personas y obtener información confidencial. Los atacantes suelen alertar a los usuarios sobre peligros reales o ficticios para distraerlos y ofrecer su ayuda. Para defenderse, es importante estar educados y alertas para no caer en engaños que buscan acceso no autorizado a sistemas de información.