Este documento habla sobre la quinta cualidad de un discípulo, que es estar gobernado por la autoridad de la Palabra de Dios. Explica que los discípulos ven la Biblia como la verdad soberana de Dios, aunque a veces les haga sentir incómodos, y que están dispuestos a obedecer la Palabra incluso cuando va en contra de sus deseos o estilo de vida. También enfatiza que los discípulos creen que la Palabra de Dios no falla a pesar de las circunstancias.