De la comprensión a la acción (del libro:"El ábaco del voleibol", de Jorge Juan Berard )
1. De la comprensión a la acción
El hombre es un resultado, un efecto de la sociedad en la que vive.
Ahora, sobre el final, tengo para plantearle este interrogante:
¿Podemos además de ser efectos (consecuencias), también ser causas de
cambios, de transformaciones de uno mismo y del medio que nos rodea?
Lo que he buscado con este libro es transmitir una comprensión.
Pero el objetivo no se agota ahí.
Lo invito cordialmente a dar el próximo paso: pasar de la comprensión a
la acción.
La comprensión de la totalidad conduce a una conducta inteligente.
¿No es esto verdad?
Cuando uno comprende la totalidad, no hay problemas.
Los problemas existen en la parte.
En estos tiempos la velocidad de los cambios es tan pronunciada que
podemos olvidarnos de lo principal.
Una de las cuestiones a resolver en este posmodernismo es la falta de
actividad física.
Usted pensará que este profesor cuyo trabajo está leyendo tenía una
estrategia que consistió en escribir un libro con un contenido novedoso y
con un Cd atractivo para llevarlo (o a llevarte-estimado adolescente) a
practicar este deporte.
Tenía razón. Me ha descubierto.
Empecé por sacudir un poco su mente.
Moví mis neuronas y las suyas para invitarlo a jugar, para motivarlo a
participar.
Lo que ocurre es que el voleibol se puede jugar a cualquier edad de
diferentes maneras. Puede ser recreativo, competitivo o educativo.
Los años van a darle una determinada calidad de observación que lo ubicará
en un sitio mas preciso dentro del campo de juego.
Recordemos que la salud no es solo la ausencia de alguna enfermedad, sino
un estado de completo bienestar físico, mental, social y espiritual.
La comprensión de la totalidad de la vida es una cuestión importante,
¿no es así?
2. Podemos participar del movimiento de la evolución del mundo solo
desde un estado de salud.
El movimiento es salud.
El trabajo efectuado para escribir este libro ha sido muy grande. Tu interés
y voluntad es del mismo modo meritorio, pero no solo por haber llegado
hasta acá.
Espero encontrarlo/te algún día, en algún lugar (puede ser en un café, en
un bar o también en una cancha) para hablar sobre: “El ábaco del
voleibol” y como (a partir de su lectura) comenzaste, retomaste o
mejoraste tu práctica deportiva y, complementariamente, a hacer actividad
física en forma regular.
El esfuerzo vale la pena. Se transforma en comprensión y sabiduría que,
Dios mediante, algún día alcanzaremos.
Un fuerte abrazo y…
¡Hasta siempre!
Jorge Juan Berard