Honduras sufre altos niveles de violencia y criminalidad, especialmente contra los campesinos rurales. Más del 50% de la población vive en pobreza extrema y Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo según la ONU. Los derechos humanos de los campesinos son violados constantemente a través de amenazas, tortura, desalojos forzosos y falta de acceso a la justicia.