Las derivadas tienen muchas aplicaciones en el mundo real, incluyendo en mecánica, medicina, física, química, biología y ciencias sociales como economía y sociología. Permiten optimizar sistemas expresados por funciones, calcular máximos y mínimos, y determinar tasas de cambio. Por ejemplo, las derivadas pueden usarse para demostrar que el mínimo consumo de combustible de un vehículo se logra a velocidad constante, calcular la tasa de crecimiento bacteriano, y determinar cómo varía la temperatura en un