Después del bautismo, los nuevos discípulos deben obedecer los mandamientos de Cristo, continuar firmes en la fe, y crecer en el conocimiento de Dios. También deben poner a Dios en primer lugar, estudiar Su palabra, reunirse con otros cristianos, y ayudar a salvar a otros. Haciendo estas cosas, los nuevos creyentes podrán permanecer en la gracia de Dios y continuar creciendo en Su conocimiento.