El documento habla sobre lo que Dios espera del recién bautizado. Dios espera que los recién bautizados sean discípulos de Jesucristo, que aprendan y guarden sus mandamientos. También espera que perseveren en la fe, que no dejen de congregarse con otros creyentes, y que usen los dones que Dios les ha dado para edificar a la iglesia. El objetivo final es que los recién bautizados lleven mucho fruto para Dios y sean testigos de Cristo.