3. Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase
media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a
alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de
Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el
período de esplendor de la sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser
humano y la sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio
de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía
estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras,
entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los temas más
propios de la sofística.
En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de
los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de
la democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra
la ciudad" y "corromper a la juventud". Al parecer dicha acusación,
formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la
democracia restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65
votos, se negó a marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la
evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería
contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la
cicuta.
4. Yo solo se que nada se.
La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos
lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si
aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la
ignorancia.
La hermosura es una tiranía de corta duración.
Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero
conocimiento.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos
lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si
aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
5.
6. Platón (en griego Πλάτων) (ca. 427 adC/428 adC – 347 adC) fue un filósofo griego,
alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, de familia nobilísima y de la más alta
aristocracia. Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la
historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad
como disciplina gracias a sus trabajos. Durante su juventud luchó como soldado en
las guerras del Peloponeso de las cuales Atenas salió derrotada, y el poder y la
economía que ostentaba sobre el mundo griego cayó en las manos de Esparta. Entre
sus obras más importantes se cuentan los Diálogos y La República (en griego
Πολιτεια, politeia, "forma de gobernar - ciudad"), en la cual elabora la filosofía política
de un estado ideal; el Fedro, en el que desarrolla una compleja e influyente teoría
psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de cosmología racional influida por las
matemáticas pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido sobre filosofía de la
ciencia.
Fue fundador de la Academia de Atenas, donde estudió Aristóteles. Participó
extensivamente en la enseñanza en la Academia y escribió sobre muy diversos temas
filosóficos, especialmente los que trataban de la política, ética, metafísica y
epistemología. Las obras más famosas de Platón fueron sus diálogos. Si bien varios
epigramas y cartas también han sobrevivido. Se cree que todos los diálogos de
Platón que se conocen son auténticos[cita requerida]-.
Los diálogos de Platón tienen mucha vitalidad y frecuentemente incluyen humor e
ironía. Se considera que Platón es el filósofo más ameno de todos.
7. El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo
conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los
caballos.
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por
la multiplicación de los deseos.
La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.
Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se
habla de la verdad.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en
torno al ser.
Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal
se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y
salvo.
El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el
que ara y ara y no siembra.
8.
9. Aristóteles nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia
cercana al monte Athos llamada Estagira, de donde proviene su
sobrenombre, el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte
de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno.
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue
enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué
clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a
juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus
escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera
A la muerte de Platón, ocurrida en el 348, Aristóteles contaba treinta y
seis años de edad, habla pasado veinte de ellos simultaneando la
enseñanza con el estudio y se encontraba en Atenas, como suele decirse,
sin oficio ni beneficio.
Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes
de todos los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento
occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil trescientos años,
siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores
contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de
múltiples especialistas. La filosofía de Aristóteles constituye, junto a la
de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la
Grecia antigua
10. El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa
todo lo que dice.
Considero más valiente al que conquista sus deseos que al
que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura
es la victoria sobre uno mismo.
Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues
la vida no es un juego.
Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la
gente sencilla.
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la
excelencia no es un acto sino un hábito.