En una carrera de atletismo para personas con discapacidad, un niño tropezó y comenzó a llorar. Los otros ocho competidores se detuvieron, regresaron y lo ayudaron a levantarse, caminando juntos hasta la línea de llegada para apoyarlo. Este acto de compañerismo conmovió a los espectadores y demuestra que lo más importante es ayudar a los demás en lugar de ganar de forma individual.