Este documento enfatiza que Dios está más interesado en nuestra reacción a los problemas que enfrentamos que en los propios problemas, y que debemos alabar a Dios tanto en las bendiciones como en las tribulaciones. También destaca que la verdadera bendición está en el cielo y que debemos soportar con paciencia las pruebas, ya que recibiremos una corona de vida como recompensa.