Los disipadores de energía permiten construir estructuras más económicas y seguras durante sismos severos al reducir las deformaciones y esfuerzos en la estructura. Existen diferentes tipos de disipadores como metálicos, friccionales, viscosos y viscoelásticos. Los disipadores disminuyen la demanda de deformación causada por sismos en hasta un 50%, reduciendo el daño estructural.