1. DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO-
CICLO B
LECTURAS: Lev 13:1-2, 44-46; Sal. 31; 1Cor 10, 31-11, 1; Mc 1, 40-45
Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: -«Si
quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
-«Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo
despidió, encargándole severamente: -«No se lo digas a nadie; pero, para que
conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó
Moisés.» Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes
ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún
pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
REFLEXIÓN SOBRE LA PALABRA
Los leprosos eran despreciados en la
época de Jesús; no se les dejaba acercar
a las personas ni a las poblaciones; si
alguien los tocaba o era tocado por ellos
quedaba impuro; ¿qué “leprosos” nos
encontramos hoy en la sociedad que son
despreciados, nos alejamos de ellos y de
los que no queremos saber nada?
Ver la actitud de Jesús y cómo la
aplicamos a nuestra vida.
Nosotros también podemos tener algún
tipo de “lepra” negativa, es decir, algo
que hace que los otros se alejen de
nosotros, que impide nuestra relación
«Si quieres, puedes con los demás. ¿Qué tipos de “lepra”
limpiarme.» pueden ser? ¿Qué podemos hacer para
erradicarlas de la vida?
ORACIÓN
Señor, si quieres, puedes limpiarme, de
tantas incoherencias en las que vivo, de
tantos egoísmos que me agobian, de tanta
comodidad en la que vivo, de tanta falta
de fe y amor en los que me encuentro,
pues sólo Tú extendiendo tu mano y
tocándome eres el único que lo puede
hacer. Amén.
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