Jesús alimenta a una multitud de 5,000 personas con sólo 5 panes de cebada y 2 peces. Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió entre la gente, y todos comieron hasta saciarse, sobrando 12 canastas con los pedazos que habían sobrado. La gente reconoció en Jesús al profeta prometido.