Los romanos construyeron varios tipos de edificios públicos para actividades comerciales, políticas, religiosas y de ocio. Los foros eran centros de comercio y entretenimiento, mientras que las basílicas y curias servían para reuniones políticas y judiciales. Los templos albergaban rituales religiosos. Los anfiteatros como el Coliseo eran usados para espectáculos como combates de gladiadores. Las termas como las Termas de Caracalla ofrecían baños públicos.