El sistema educativo de Finlandia se basa en la confianza, el respeto y en enseñar a pensar en lugar de memorizar. Los colegios tienen autonomía pero se enmarcan dentro de un sistema gratuito e igualitario. Los profesores están muy bien preparados y hay pocos estudiantes por aula. El énfasis está en desarrollar la curiosidad y creatividad más que en transmitir información.