La revolución mexicana tuvo un gran impacto en el sistema educativo del país. La constitución de 1917 estableció el derecho a la educación y la obligación del estado de proveerla. Aunque ha habido varias reformas educativas desde entonces, el espíritu del artículo 3o constitucional permanece como columna vertebral del sistema. La educación sigue siendo clave para formar ciudadanos comprometidos con los ideales de justicia social e igualdad que inspiraron la revolución.