El documento discute los efectos de los videojuegos en el cerebro y el comportamiento. Señala que jugar videojuegos puede reducir el lóbulo frontal pero aumentar el amígdala e hipocampo, relacionados con la ansiedad y memoria emocional. También puede mejorar la coordinación ocular y muscular, y fortalecer áreas cerebrales específicas con más práctica. Algunos estudios han encontrado que los videojuegos pueden conducir a comportamientos adictivos o servir como refugio para niños con problemas sociales.