La constitución de la Segunda República Española establece que España es una república democrática que garantiza la igualdad ante la ley y la libertad de religión, con el castellano como idioma oficial y reconociendo las lenguas regionales. Declara a Madrid como capital y renuncia a la guerra como instrumento de política nacional, acatando las normas internacionales. Los principales partidos políticos fueron el PSOE de izquierdas, el radical PRR, y la derechista CEDA. Entre 1931-1936 hubo un gobierno progres