Un ciervo herido se esconde en el bosque y un conejo lo descubre. El conejo le cuenta a otros animales sobre el ciervo herido, y pronto muchos amigos lo visitan. Sin embargo, los amigos solo vienen para comer la hierba que rodea al ciervo, dejándolo sin comida. Cuando el ciervo ya no tiene más hierba, un granjero lo encuentra muriéndose de hambre y le trae más hierba para que se recupere.

1. CUENTO PARA GRANDES LECTORES
El ciervo herido
PRESENTACIÓN :
MARÍA JESÚS NARANJO INFANTE

2. En lo más profundo del sombrío
bosque y sintiéndose a salvo, tras un
espeso matorral de zarzas, yacía un
ciervo. Lo había herido un cazador y,
después de internarse en el bosque,
se instaló sobre una tupida capa de
tierna hierba, para reponerse.

3. Pero un conejo descubrió su escondite
y, como le inspiraba piedad, lo visitó a
menudo. Hasta habló a los demás
habitantes del bosque, del ciervo
tendido en la tierna hierba..., herido y
solitario. Y por eso, cada día acudían a
visitarlo más y más amigos.

4. Esto era delicioso, porque el ciervo
era muy sociable y gustaba de ver a
sus amistades del bosque. Pero,
desgraciadamente, sólo venían a
verlo los amantes de la hierba tierna.

5. Por fin, se acabó el alimento del
ciervo, ya que los mordisqueantes
conejos y la hambrienta cabra habían
devorado toda la hierba que había al
alcance del ciervo herido.

6. Mientras el pobre animal yacía sobre
el pelado suelo, muriéndose de
hambre, pasó casualmente el
granjero y oyó sus gemidos. Separó
las zarzas y halló al hambriento
animal estirado sobre su lecho.

7. -¿Qué te pasa, pobrecito? -le
preguntó-.
-¡Tengo hambre! -replicó el ciervo-.
Los amigos que vinieron a
expresarme su condolencia se han
comido todo mi alimento.

8. -¡Así suele ocurrir! --exclamó el
granjero-. Ten siempre cuidado con
los amigos cuyo afecto está ubicado
en el estómago.
Y fue en busca de varias brazadas de
la más tierna hierba del bosque y se
la trajo a su amigo.
-Come hasta hartarte y reponte -le
dijo-.