El Conde Lucanor le pide consejo a su asesor Patronio sobre algo que quiere hacer pero que podría ser criticado. Patronio le cuenta la historia de un padre y su hijo que llevan vasijas pesadas a otro pueblo y cambian quién las lleva dependiendo de los comentarios de la gente que se cruzan, hasta que el hijo le aconseja al padre hacer lo que considere mejor sin dejarse influir por las críticas. Patronio le aconseja al Conde hacer lo que crea mejor sin preocuparse por posibles críticas