El documento habla sobre la importancia de ser un discípulo responsable y disciplinado. Explica que la disciplina implica seguir reglas de manera ordenada para lograr cierto resultado, mientras que la responsabilidad es cumplir con obligaciones sabiendo que los resultados recaerán en uno mismo. Usa las analogías del soldado, el atleta y el labrador para mostrar cómo se requiere disciplina y responsabilidad en la vida cristiana, como Jesús mostró con su obediencia hasta la muerte. Concluye que debemos caminar de forma recta y poner los ojos