El documento habla sobre la fascinación del autor con los elefantes en el circo cuando era niño. Aunque el elefante parecía poder romper fácilmente las cadenas que lo ataban, se quedaba quieto. Cuando el autor preguntaba por qué lo encadenaban si estaba adiestrado, no recibía una explicación satisfactoria. Con el tiempo olvidó este misterio, aunque a veces se lo preguntaba a otros que tampoco tenían una buena respuesta.