Jaime decidió tomar un atajo a casa a pesar de las historias sobre lo misterioso del camino. Al adentrarse en él durante una tormenta, buscó refugio en una ermita abandonada donde encontró el cuerpo degollado de un animal. Dentro también vio a un ermitaño rezar que desapareció ante sus ojos, lo que le hizo huir aterrorizado y convencer al pueblo de que el camino estaba embrujado.